miércoles, 3 de febrero de 2010

A propósito de un Psiquiátrico en Haití


La grandeza de una sociedad se mide, no por la forma en que trata a los más ricos, sino por la manera en que cuida de los más pobres y débiles.


Hace pocas semanas nos sorprendía en prensa una noticia (poco difundida) sobre la muerte de pacientes de un psiquiátrico en Cuba por, presuntamente, condiciones inadecuadas del centro y graves déficits en los cuidados de dichos enfermos.

Ahora nos informan en "El País" de la situación de enfermos mentales en un psiquiátrico de Haití en un estremecedor artículo que pone los pelos de punta: La gente por la que nadie llora.
En medio de la desoladora situación en la que está sumida el país, nos muestran a los débiles entre los más débiles, los más frágiles en un país hecho añicos, el caos dentro del caos, los verdaderos "nadies", los desprotegidos, los abandonados, los desheredados de la humanidad...

La falta de recursos, junto al estigma, temor y desconocimiento frente a la enfermedad mental, hace que los individuos que la padecen sean uno de los grupos peor tratados en la gran mayoría de los países menos desarrollados. Generalmente, los enfermos mentales y discapacitados intelectuales, son condenados al ostracismo en miserables instituciones que apenas ofrecen la mínima cobertura para la subsistencia biológica. Se añaden a su sufrimiento cadenas y diversos artilugios que limitan su movilidad, muchas veces la única opción realista ante la falta de recursos asistenciales que puedan contener y tratar sus conductas disruptivas, aunque también la falta de atención y maltrato siguen siendo prácticas habituales. (aquí)
En las últimas jornadas de la AESM celebradas en Tenerife participé en una mesa redonda donde se señalaban los retos que nos planteaba el futuro en cuanto a la atención de las personas con enfermedad mental grave, y se señalaba el riesgo que existe de que en estos tiempos de crisis se ahonde en el estigma por una falta de sensibilización en la sociedad, así como en una merma en la atención integral a estas personas por recortes presupuestarios o cambios en los enfoques de los planes de Salud Mental según los colores e intereses políticos del momento. Es nuestro deber como profesionales de la Salud Mental estar alerta ante estos riesgos y luchar contra ellos con todas nuestras energías.

Para ayudar a Haití pincha aquí.
César M. Estévez (Enfermero especialista Salud Mental)

1 comentario:

Jennifer Delgado dijo...

Saludos:
Es lamentable el estigma social que acarrea la enfermedad mental y sobre todo, la falta de sensibilidad que tienen muchos profesionales que se relacionan con estas personas. Es impresionante, como comentaba el articulo de El Pais, que el custodio conociese la historia de los internados mejor que el psicologo.
En fin, que tanto desarrollo y tecnologia no nos ha traido mas empatia y sensibilidad con "los hijos que nadie quiso", como les llamó una vez un poeta.
Gracias por las informaciones que nos comparten y no puedo terminar sin felicitarles por el estilo y la sensibilidad desgarrante que muestran en cada uno de sus post.
Un saludo desde el Rincon de la Psicologia

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