jueves, 29 de noviembre de 2012

lunes, 26 de noviembre de 2012

Métodos eficaces para el suicidio (*)

Recientemente pude asistir a un interesante curso sobre el suicidio dirigido por el Dr. Ramón Gracia (Ver Proyecto ReNEPCA) en el que se detallaba la gran cantidad de información que hay en internet en torno a esta temática (foros, grupos, redes específicas...) y no debe sorprendernos que muchos de los que nos estén leyendo (a lo mejor tú), sean nuevos visitantes que habrán accedido al blog porque el "sugerente" titulo de esta entrada los haya traído hasta aquí a través de su buscador. Un tema como este, tan oculto en nuestra sociedad, es lógico que haya encontrado su espacio en las redes e internet.

Permitidnos la "trampa", evidentemente nuestro propósito no es hablar aquí de dichos métodos sino realizar una reflexión sobre el suicidio desde una perspectiva actual y aportar nuestro granito de arena en la prevención y abordaje del mismo. 


Ya hablamos en este blog sobre este tema, aunque me gustaría recordar sólo algún aspecto:
El suicidio es el acto de quitarse deliberadamente la propia vida. Durkheim ya en 1897 lo aborda como un fenómeno fundamentalmente social.
Aunque hay diversas teorías que intentan acercarse a este fenómeno, una constante en su análisis es la presencia de la desesperanza en el suicida. Frecuentemente se habla de la búsqueda de la muerte como "una salida" extrema a una situación que no pueden o no saben gestionar.
En el caso de las tentativas suicidas nos encontramos con personas en las que muchas veces sus mecanismos de comunicación han fracasado por completo. Hablar del suicidio de forma directa y profesional ayuda a evitar el paso al acto. De hecho, siempre es mejor hablar antes de actuar ya que siempre es posible aplazar la decisión, "siempre puedes suicidarte mañana". De ahí la importancia de preguntar y abordar esta situación no subestimando dichos pensamientos y/o deseos.
El abordaje ha de ser integral. Se debe actuar en diferentes áreas: factores sociales; mejorar la formación de los profesionales; mejorar la información a la población (medios de comunicación, programas específicos para jóvenes). Y para ello evidentemente debe de existir un compromiso político que se materialice en presupuestos que lo permitan realizar correctamente.

Durkheim ya apuntaba que las crisis económicas aumentaban las tasas de suicidios tal y como empezamos a ver por desgracia en España y otros países del Sur de Europa.


Qué hacer si usted está pensando en el suicidio ahora.  

Por favor, espere, y tómese unos minutos para leer esto. 

Yo no sé quién es usted, sólo sé que es alguien que siente un dolor profundo, y que no se ve capaz de hacerle frente por más tiempo.
También sé que en este momento está usted leyendo esto, y eso es bueno. 

Asumo que está aquí porque está muy preocupado y ha considerado terminar con su vida. Si fuera posible preferiría estar con usted en este momento, a su lado, y hablar cara a cara, pero como no es posible deberemos conformarnos con la comunicación escrita. 

No voy a discutir con usted acerca de si debería suicidarse o no, pero si está conmigo todavía espero que signifique que se siente un poco inseguro acerca de sus pensamientos.
Sentirse inseguro ante pensamientos de muerte es normal. De hecho mientras que usted desea morir, al mismo tiempo es posible que una parte de usted todavía quiera vivir. 

Espere antes de tomar una decisión tan importante, tiene todo el tiempo que desee, siempre puede suicidarse más adelante. 

Muchas personas piensan en el suicidio porque les parece que no les queda otra salida, que no pueden soportar más el dolor. Como le ocurre a usted ahora. No crea por ello que es usted una mala persona por pensar así, o que está loco o es débil. El suicidio NO SE ELIGE, sucede cuando el dolor que sentimos es mayor que nuestros recursos para afrontarlo.
 
Así, el suicidio no es ni algo correcto ni incorrecto, ni un defecto del carácter o de la moral, es un DESEQUILIBRIO entre el dolor y los recursos para vencerlo.
Se pueden vencer los pensamientos suicidas si:
1. Encontramos la manera de reducir el dolor.
2. Aumentamos nuestros recursos para hacerle frente.
3. O ambas cosas. 

No hay remedios mágicos pero también ES VERDAD QUE:
El suicidio es a menudo la solución permanente de un problema pasajero.
Cuando estamos deprimidos tenemos una visión de las cosas muy estrecha y poco objetiva. Con el paso de los días las cosas podrían cambiar completamente.
La mayoría de las personas que han contemplado alguna vez el suicidio posteriormente se alegran de estar vivas. En realidad no querían poner fin a su vida, sólo querían evitar la pena y el dolor.

Ahora voy a decirle unas cuantas cosas que debería considerar:
1. El paso más importante es hablar con alguien. Las personas que como usted se plantean el suicidio no deberían intentar arreglárselas a solas. Tiene que buscar ayuda ahora.
2. Hablar con la familia o con algún amigo o compañero puede aportar un gran alivio al dolor que sentimos. Sentirnos acompañados y apoyados aumenta nuestra capacidad para afrontar las cosas.
3. El tiempo es un factor muy importante y de eso no le falta, es su aliado. Espere antes de actuar.
4. Consulte lo más rápidamente posible a un profesional. Si una persona está pasando por un periodo de abatimiento, tristeza y desánimo es posible que sufra una depresión y puede ser tratado.


 Fuerza y esperanza


César M. Estévez (Enfermero especialista de Salud Mental)

sábado, 17 de noviembre de 2012

Hoy yo me despido del psiquiátrico





"Desde que llegué al psiquiátrico, los profesionales estuvieron muy pendientes de mí, manteniendo la paciencia y el cariño, gracias a lo cual fui saliendo poco a poco de mi estado paranoico.

Los compañeros me han aportado grandes alegrías, compartiendo  diálogos y vivencias personales;  gracias a ellos y a mí misma he entendido mejor  mi enfermedad mental y cómo quiero a mi familia y a mis verdaderos amigos. 

Me ha gustado ver la capacidades que tengo y que puedo expresar, y he comprendido y experimentado gracias a los talleres de psicoeducación, el blog, la relajación, estimulación cognitiva, biodanza, teatro, poesía, etc... cuánta imaginación y creatividad se desarrolla dentro de mi interior y me he convencido de que tengo que realizar alguna actividad que sea social, mecánica o creativa, pues creo que me haría muy bien para afrontar los cambios y lo rápido que va la vida hoy en día.

Hoy yo me despido del psiquiátrico dándoles las gracias a todo el personal, médicos, enfermeros, auxiliares, etc..., por haberme dado su atención, por su amabilidad y por empatizar de una forma paciente y tranquila conmigo. 

A mis buenos compañeros les doy las gracias por aceptarme y quererme conocer, por los cigarrillos a los que me han invitado, todos los cafés que hemos tomado juntos y todas nuestras historias, por permitirnos los vacilones y las risas que nos hemos echado juntos, y espero que el día que se vayan de aquí se hayan recuperado.
Me alegro por habernos hecho como una pequeña familia, me he divertido mucho con ustedes, y he aprendido que el recorrer con un amigo el mismo camino nos hace más felices y nos hace personas en el camino de la espiritualidad. 
Donde quieran que estén, dentro o fuera, que estén bien y que los quiero ".  

Texto escrito por Iv. el día de su alta tras varios meses de ingreso en el Área Externa de Salud Mental de Tenerife.

lunes, 12 de noviembre de 2012

¿Cómo crear ambientes terapéuticos en salud mental?



Este es un resumen del libro "Ambiente Terapéutico en Salud Mental" del Servicio Andaluz de Salud (2010), un documento de obligada lectura y posterior reflexión para todas aquellas personas que nos dedicamos a la Salud Mental en el ámbito hospitalario (los subrayados, asteriscos, letras en negrita o destacadas en otros colores y los contenidos en cursiva son míos).

Comenzaremos esta exposición remontándonos al año 1953, durante el cual un comité de expertos de la Organización Mundial de Salud ya reconoció, que la creación de una atmósfera terapéutica es en sí misma uno de los más importantes tipos de tratamiento que una unidad hospitalaria de salud mental (UHSM) puede proporcionar, señalando como características de la misma:

1.Preservar la individualidad del paciente
2.Tener confianza en las personas atendidas
3.Fomentar las buenas conductas (término este que sería necesario precisar con más detalle, ya que podría conducir a una negación de los dos puntos anteriores)
4.Potenciar la responsabilidad e iniciativa
5.Proporcionar una actividad adecuada por el día

Así, en líneas generales, para garantizar una atención humanizada es imprescindible personalizar la atención y organizar los servicios basándose en las necesidades de los y las pacientes y no a la inversa.

Un ambiente seguro y acogedor favorece un contacto terapéutico que facilita el compromiso de las personas atendidas en su tratamiento y mejora la satisfacción y los resultados en salud.

Las áreas de mejora que destacan pacientes y familiares como más importantes en un estudio de la Federación Española de Familiares y Personas con Enfermedad Mental, están relacionados con el trato al ingreso, la atención a las familias y la atención al estado de salud general y otros aspectos de la vida, temas muy relacionados con las dimensiones del ambiente terapéutico y la recuperación.

En el proyecto «La experiencia importa. Comunicación y trato en los servicios de Salud Mental» se señala la importancia de ofertar información sobre las asociaciones de personas usuarias y familiares, de estilos relacionales más horizontales entre profesionales y pacientes y del papel activo de los y las pacientes en su propio proceso de recuperación
También destaca la necesidad de cuidar los aspectos relacionados con la confortabilidad, la intimidad y la privacidad

Al mismo tiempo, en diferentes estudios se insiste en la necesidad de que las personas atendidas mantengan contacto con su vida fuera de la unidad, y en la «apertura» de las unidades hacia la comunidad, es decir, que acudan organizaciones o entes comunitarios a las unidades y que sean entornos más «permeables». Todo esto facilita la inclusión social de las personas.

En definitiva, un medio terapéutico sería “aquel que permite a las personas gozar de un entorno saludable, seguro, privado, digno, apropiado y con autonomía, sin comprometer los objetivos clínicos"

En cuanto a las áreas de mejora detectadas por familias y usuarios, tendríamos:

1.Trato al ingreso

2.Atención a las familias

3.Cuestiones relacionadas con el ambiente terapéutico :
3.1.Trabajo en equipo: Clima laboral.
3.2.Ambiente relacional
3.3.Dinámica de funcionamiento de las unidades 
3.4.Espacio físico

A continuación, desarrollaré este tercer punto, incluyendo junto al material del libro que nos ocupa, algunos conceptos del Modelo de la Recuperación en Salud Mental:

jueves, 8 de noviembre de 2012

Volverse loco

A través de la revista JOT DOWN nos hemos encontrado con un artículo del reconocido psiquiatra Juan José Martínez Jambrina impulsor del conocido como Modelo de Avilés de grandes éxitos en el uso de la Terapia Asertiva Comunitaria aunque poco apoyado desde la Administración. Nos ha gustado, y por eso lo compartimos con ustedes.



 Volverse Loco

¿Qué es volverse loco? ¿Qué sucede cuando uno se vuelve loco? ¿Cómo se enloquece? Sorprende la variedad de respuestas que la gente corriente da cuando se le pregunta su opinión sobre este tema tan específicamente humano. La mayor parte del imaginario popular al respecto arranca de la ficción, sobre todo del cine. El poder de la imagen ha hecho que la mayoría del público tenga una idea de la locura tan errónea como infamante. Películas como Psicosis, El resplandor, Alguien voló sobre el nido del cuco o la patética Recuerda han contribuido poderosamente a alejar al ciudadano medio de lo que de verdad sucede cuando una persona tiene la desgracia de perder la razón y sufrir un episodio psicótico. Por otra parte, tampoco la ficción literaria ha acertado a tratar con rigor lo más notorio del proceso pese a que Don Quijote de la Mancha sea un loco muy querido. Algo es algo, pero por mucho leer y poco dormir no se convierte nadie en paranoico y hace años que no funcionan los molinos de viento.

Tal vez la primera descripción literaria afortunada de la esquizofrenia, la forma más común de locura, sea Lenz, la novela que Georg Buchner escribió en Estrasburgo hacia 1835. Buchner, que poco más tarde firmaría la obra teatral Woyzeck, tuvo acceso a una especie de diario personal escrito por el sacerdote Oberlin que cuidó al poeta romántico Reinhold Lenz durante su primer ataque de locura a los 27 años de edad. La desesperación, la pérdida de energía vital, el hundimiento de las certezas más simples del pobre Lenz llegan hasta nosotros conservando toda su vigencia gracias al trabajo de Buchner. “Parecía muy lúcido; hablaba con la gente, hacía todo lo que todos hacían, pero había en él un vacío atroz, ya no sentía angustia ni anhelo; su existencia le era una carga necesaria. Así siguió viviendo.” Así es la locura, tan dolorida y silenciosa como corrosiva. Pero casi nunca estridente, ni violenta ni irreversible.

Una pena que Hitchcock, Kubrick, Forman y compañía prefiriesen especular emocionalmente con el tema faltando al rigor técnico. Porque han hecho mucho daño a los enfermos con sus bromas. Como lo sigue haciendo el poeta Panero exhibiendo su ruina subvencionada e hipócrita. Entre medias, es de agradecer la forma tan sutil en que Ariadna Gil perdía la razón en Lágrimas negras (1999), de la mano de Ricardo Franco, trasunto fiel de la locura de la actriz Jean Seberg, un amor imposible del director español. O la formidable interpretación de Michael Shannon en Take Shelter (2011) de Jeff Nichols. Por cierto, que Shannon se negó a ver a películas sobre la locura para construir su atormentado personaje. De ahí su acierto.

Tal vez fuese un cierto aroma expresionista a lo Buchner lo que me hizo recalar en el blog Última carta que el periodista Sergio González Ausina mantiene abierto desde hace casi un año y donde va escriturando su pasado sobre un drama sucedido en su propia familia. Sergio, paciencia y prudencia, intenta reconstruir la figura de su tío Vicente G. L. que murió en 1977 tras arrojarse al tren cuando contaba apenas 24 años de edad. Dos años antes le habían diagnosticado de “esquizofrenia”. El suicidio de su tío permaneció oculto para el autor del blog hasta hace pocos años y el periodista se pregunta ahora el porqué de ese tabú. Entre medias va descodificando el léxico familiar en el que se envuelven ciertos dramas para que no hagan demasiado daño. El tiempo embalsama y aminora pero no borra los recuerdos. Hace unos pocos días, el periodista González Ausina colgó una entrada en su blog titulada Habréis tenido miedo… donde relata minutísimamente el momento exacto en que su tío Vicente supo que estaba loco, que el mundo se hundía bajo sus pies. El momento en que el actor Vicente González Luelmo venció la fiebre de las candilejas, descorrió los cortinajes y entró en escena. La fría y precisa apuntación fiscal del periodista González Ausina en la causa que instruye sobre su tío recoge todo el sufrimiento imaginable, todas las raciones de miedo que pueda soportar un perseguido pero, contra lo que ha sembrado el dislate ficcional, no hay ni un solo grito, ni una sola amenaza. Porque la retracción autística, la angustiada búsqueda de soledad, es el reflejo cardinal de la locura. “Él no decía nada”, recuerdan los testigos que aseguraban que Vicente en los últimos tiempos había engordado, fumaba uno tras otro y su cabeza era una intermitente conspiración. Volverse loco es algo tan terrible como simple y prosaico. Y que, para colmo de apocalípticos, nunca es eterno.

Juanjo Martínez Jambrina (Psiquiatra)

viernes, 2 de noviembre de 2012

Nutrición óptima para la mente





     
        Cuando se leen las investigaciones y las bases científicas en las que se sustenta la llamada psiquiatría ortomolecular para tratar los trastornos mentales y la salud mental en general, la primera sensación que se tiene es de que se está en la prehistoria de la psiquiatría. Es algo así como volver a tratar las úlceras de duodeno con ingestas masivas de leche. Sin embargo, la idea de forzar rutas metabólicas como apoyo al tratamiento de los problemas mentales es, cuando menos, digna de revisarse con especial atención por tres razones:
     
    1- La primera, porque todo lo que se tiene sobre muchos trastornos mentales graves son piezas de un  puzzle  y aún no se vislumbra la  figura final, por lo que cualquier tratamiento que presumiblemente ayude es importante tenerlo en cuenta.
   2- La segunda, porque están implicados neurotransmisores, en algunos de los cuales podemos influir en su concentración cerebral mediante  manipulaciones dietéticas.
   3- La tercera, porque ahora se sabe que hay más de 50 enfermedades debidas a defectos enzimáticos que pueden remediarse con altas concentraciones de la vitamina componente del coenzima afectado, lo que hace que las supuestas mejorías que encuentran algunos clínicos dando altas dosis de vitaminas sea, al menos, dignas de estudio.

        Partiendo de estas tres razones, voy a intentar dibujar un pequeño mapa de lo que podría resultar una alimentación óptima tanto para la salud mental en general, como para algunos trastornos más específicos.

      Según Patrick Holford, autor del libro "Nutrición óptima para la mente"experto en nutrición  de Gran Bretaña y  fundador del Institute for Optimun Nutrition, lo que la mayoría de la gente logra está muy por debajo de todo su potencial de inteligencia, memoria, concentración, equilibrio emocional y felicidad, afirmando que la mayoría de los problemas de salud mental pueden, al menos aliviarse de forma considerable, con una correcta nutrición junto con la guía y el apoyo psicológico adecuados. 

      En síntesis, estas son las diez reglas de oro que P.Holford  propone  para asegurarse de que nuestra dieta está maximizando nuestro estado mental:

  1- Comer alimentos integrales (cereales integrales, lentejas, judías, nueces, semillas, frutas y hortalizas frescas) y evitar los alimentos refinados, blancos y demasiado cocidos.
    
  2- Tomar cinco o más raciones de fruta y hortalizas cada día. Elegir hortalizas de hoja y de raíz tales como berro, zanahoria, batatas (boniatos), brécol, coles de Bruselas, espinacas, judías verdes o pimientos, crudos o ligeramente hervidos. Elegir fruta fresca como manzanas, peras, bayas, melones o cítricos. Comer plátanos con moderación. Diluir los zumos de fruta y consumir fruta seca solo de modo ocasional en pequeñas cantidades y preferentemente remojada.
    
 3- Tomar cuatro o más raciones diarias de cereales integrales tales como arroz, mijo, centeno, avena, trigo, maíz o quinoa en forma de cereales, pan y pasta.

  4- Evitar cualquier forma de azúcar y los alimentos que la lleven añadida.

  5- Combinar los alimentos de proteínas con los carbohidratos,  comiendo cereales y fruta con nueces o semillas, y asegurarse de consumir alimentos de fécula (patata, pan, pasta o arroz) junto con pescado, lentejas, judías o tofu.
   
  6- Comer pescado de especies carnívoras de agua fría (azul). Una ración de arenques, caballa, salmón o atún fresco dos o tres veces a la semana proporciona una buena fuente de ácidos grasos omega-3, al igual que buenas fuentes de proteína vegetal tal como lentejas, judías, quinoa, tofu (soja) y hortalizas de semilla. Si toma proteínas de origen animal elija carne de lomo o preferentemente pescado, orgánicos a ser posible.
    
  7- Tomar huevos, preferentemente de granja, orgánicos y altos en ácidos grasos omega-3.
   
 8- Comer semillas y nueces. Las mejores semillas son las de lino, cáñamo, calabaza, girasol y sésamo. Las aprovechará mejor moliéndolas primero y esparciéndolas sobre cereales, sopas y ensaladas.
   
  9- Usar aceites de semillas prensados en frío. Elegir una mezcla que contenga aceite de lino o cáñamo para aliñar ensaladas y para usos en frío, tales como aliño de la verdura en lugar de mantequilla
    
 10- Minimizar la ingesta de alimentos fritos, alimentos procesados y grasas saturadas procedentes de la carne y los productos lácteos. 



     A continuación, ampliaré de una manera resumida los puntos ya expuestos

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