domingo, 25 de agosto de 2013

Más de cien voces amigas quieren saltar el muro


La continuidad de Saltando Muros corre peligro. Este fue el mensaje que os transmitimos el pasado 16 de Julio, de una manera un tanto incompleta e imprecisa, hemos de reconocer.
A partir de esta fecha han sido muchas las muestras de apoyo que hemos recibido: correos electrónicos, mensajes a través de las redes sociales, largas conversaciones, pequeños guiños inesperados, llamadas telefónicas …, voces que no deseamos olvidar y a las que hemos decidido dedicar un espacio en nuestro blog.
Aquí os dejamos una recopilación de textos, los vuestros, y todo nuestro agradecimiento por tanto aliento y complicidad.
Os aseguramos que el día que toda esta historia comenzó no hubiésemos podido imaginar de ninguna de las maneras lo que estaba por venir.
Empezamos…
1- Miguel. Psiquiatra. Ibiza.
Hablar de la influencia de Saltando Muros me supera. Sería hablar de los proyectos de rehabilitación en salud mental por parte de un equipo pluridisciplinar integrándose en la comunidad a través de la red virtual y los medios de comunicación. Porque "eso" tan novedoso es el trabajo que realizaban.
Como ya he dicho "eso" me supera. Así que hablaré desde la experiencia personal, de lo que este blog ha significado para mí, porque fue uno de los blogs que comencé a leer, uno de los primeros de los que fui seguidor y que me impulsaron para invertir horas en escribir un blog propio e inspiraron en bastantes entradas .
Me abrió a la concepción de red virtual, de cómo el trabajo individual aunado con el de otros trabajos individuales, formando una comunidad que aparecía de manera natural, podía modificar algo mayor que el entorno cercano.
Las opiniones que he leído en Saltando Muros han modificado mi manera de ver diversas situaciones y me han acercado más a mis propios pacientes en situación de trastorno mental grave.
Los debates que se han iniciado han enriquecido mis planteamientos. Estaba demasiado acostumbrado a la conversación con los mismos psiquiatras de siempre, al polemizar desde la misma visión, al diferir de opinión "pero no demasiado" que si no es otra cosa de la que hablamos. El poder escuchar y ser oído por todos los implicados, -profesionales de otras formaciones, familiares, pacientes y ex-pacientes - ha sido una grata experiencia.
La lectura de las entradas escritas por los pacientes daba una información que a veces en consulta no podemos conseguir. Daba una visión no de la enfermedad mental, sino de las personas que padecen enfermedad mental. Daba un púlpito a los que siempre se les ha negado un púlpito. Para los que nos ganamos la vida intentando comprender y tratar el sufrimiento psíquico era una fuente de inspiración, información y formación.
No solo fue inspirador para mí, fue para mucha gente el primer acercamiento a una manera integradora de entender la enfermedad mental a través de la red.
A su alrededor hemos nacido y crecido muchos blogs, que enlazábamos comentarios, nos contestábamos, nos intercambiamos información que de otra manera era difícil de conseguir... para los profesionales que trabajamos algo aislados nos permitían tener conversaciones sobre temas que, antes de descubrir los blogs, posponíamos para los congresos.
Pero saltando muros no es solo el blog de saltando muros.
Hay personas involucradas. Los mismos con los que he entablado conversaciones en la red: familiares, profesionales, pacientes, ex-pacientes,... El blog es uno de los frutos de este árbol que -me dicen- van a arrancar de raíz o, al menos, a talar.
Saltando muros ha aparecido en prensa, radio y televisión y siempre con comentarios elogiosos. No se ha casado con ninguna corriente, ya que permitía hablar a todos; desde las metáforas en psicoterapia, al ejercicio y los omega-3, pasando por la neurobiología y la opinión de los pacientes.
Al escribir esto lo asocio, con lo que me cuentan los más viejos de la psiquiatría. Sucedió a inicios de la década de 1970 en España. Dentro de los muros de algunos psiquiátricos los psiquiatras, impregnados de las corrientes de la antipsiquiatría, comenzaron a reunirse con familiares, a realizar asambleas de pacientes, a decidir por votación... Había más democracia dentro de los manicomios que fuera. Así que la policía entró para instalar la normalidad patológica que había fuera. El tiempo dio la razón a los que estaban dentro de los muros.
Hay una pregunta que me suelo hacer cuando no entiendo algo para orientarme: ¿cui prodest?, es decir, ¿a quién beneficía?
El cierre de un blog ¿a quién beneficia?, ¿a los pacientes?, ¿a los profesionales?,¿a otros dispositivos?, ¿a los familiares?, ¿a los gerentes?....
Deseando que os permitan volver a escribir en vuestro muro, os mando mi admiración y respeto por el trabajo realizado; por haberlo iniciado, haberlo continuado y haberlo defendido.
2- Sonia. Educadora de menores protegidos. Tenerife.
Fundamentalmente Saltando Muros me parece una herramienta terapéutica eficaz y sin efectos secundarios. Además, considero que todo lo que aporta es positivo, no solo para las personas afectadas de trastorno mental, sino para familias, profesionales y por qué no, la sociedad en general. Trata de unos de los derechos humanos básicos ,el derecho a ser tratado dignamente, el derecho a ser persona. No veo nada en absoluto negativo en esto, ni razón para terminar con una iniciativa tan honesta, innovadora y productiva. Propuestas como estas contribuirían a conseguir una sociedad mejor.

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