miércoles, 17 de febrero de 2010

Prácticum de psicología clínica en la Unidad de Subagudos

Hola a todos los lectores de este maravilloso blog:
Durante mi último curso académico 2008/09, estuve realizando mis prácticas de Psicología en la U.S.A. con Esther. No quiero desaprovechar la oportunidad de dejar constancia de lo importante que me ha resultado la experiencia tanto profesional como personalmente. Por eso, dedico estas palabras:
Cuando me preguntaron en la entrevista de selección por qué quería realizar este prácticum, mencioné que para mí era algo parecido a una necesidad. Necesitaba ver con mis propios ojos que aquello que decían los libros era cierto. Me estoy refiriendo a cómo se manifiesta una alucinación, una idea delirante o un episodio maníaco. Después de varios años imaginándolo, ya he tenido la oportunidad de observarlo directamente con mis propios ojos.
Desde un principio, se notó la confianza que Esther depositó en nosotros. Aunque en los primeros días apenas participábamos en los grupos de trabajo, poco a poco nos fuimos acoplando, llegando al punto de impartir autónomamente programas, hacer evaluaciones e intervenir individualmente a algún paciente en los últimos días de prácticas.
Indudablemente, este contacto inicial con la realidad del Psicólogo Clínico no se paga con nada. De alguna forma, la Psicología y yo nos parecemos, pues somos igual de indecisos. ¿Qué teoría explica más de la enfermedad mental?, ¿cuál consigue mayor beneficio para el enfermo?, ¿hay prácticas en relación a alguna teoría que pudiera ser perjudicial para el enfermo? Con el tiempo, me di cuenta de que todas pueden explicar desde su perspectiva, más o menos científica, los síntomas de los trastornos mentales. Entonces, caí en la cuenta de que el problema radicaba en las preguntas que yo mismo me había formulado. El camino no era encontrar una teoría por excelencia, sino qué teoría o combinación de teorías funcionaba mejor con cada paciente. Después de estos meses de experiencia en el hospital, he llegado a la conclusión de que cada paciente es único y que, por tanto, cuanto más cierres tu foco teórico, más se cerrará tu campo práctico, lo cual se traduce en una menor probabilidad de recuperación de los/as pacientes. Al igual que no todos los/as pacientes reaccionan igual al mismo tipo y cantidad de medicación, en Psicología, no todos los/as pacientes son igual de receptivos a una terapia determinada. Opino que cuantos más puntos de vista adquiera un Psicólogo Clínico, más posibilidades de éxito tendrá en su trabajo, pues aunque no adopte una postura en su totalidad, sí puede adaptar parte de su contenido a la terapia.
La U.S.A. puede ser una fuente inagotable de Creatividad. La inclusión de recursos novedosos y útiles para los/as pacientes no sólo produce beneficios en ellos, sino que incrementa nuestra motivación en el trabajo.
Es importante adaptar los programas a las necesidades e intereses de los/as pacientes. No basta con exponer teóricamente el contenido de la sesión del día y seguir al pie de la letra lo que un grupo de autores han consensuado. Sin perder de vista la esencia de las sesiones, se pueden adaptar sus contenidos. Con esto se mejora el nivel de motivación intrínseca de los/as participantes en los talleres y, por consiguiente, se aumenta la probabilidad de que se consiga el objetivo final de cada sesión.
La participación es esencial para reforzar el recuerdo de lo que se aprende. Una exposición teórica a pacientes con dificultades de atención, concentración y/o memoria debido a la medicación cuya única función es escuchar, es una pérdida de tiempo. Ganaríamos más con dinámicas orientadas a la puesta en práctica directa de los contenidos teóricos y referidas a situaciones cotidianas de los/as pacientes que permitan reforzar su recuerdo y aplicarlo a diferentes contextos (generalización).
Considero de vital importancia que el psicólogo se adapte al paciente. Debemos partir de la base de la situación actual del paciente, de cómo es y se encuentra actualmente y no de cómo nos gustaría que fuera, es decir, no podemos bromear con un paciente si éste no es receptivo a nuestros comentarios o no reacciona de la forma que esperábamos. ¿Cómo sabes la manera en que debes tratar a un/a paciente? A los que estamos empezando en ésto, tenemos que echarle mucha intuición pero, como todo en la vida, supongo que la experiencia te irá dictando el camino a seguir.
Considero que tuve mucha suerte a lo largo de todo el practicum: desde la selección de los/as alumnos/as hasta el final de mis prácticas en junio de 2009. He podido participar en el prácticum que más me gustaba, he tenido como tutora profesional la que, desde mi punto de vista, era la que más me podía aportar personal y profesionalmente, y ha estado conmigo durante todo ese tiempo la mejor compañera de clase que me podía haber tocado.
Podría continuar detallando todo lo que me han enseñado durante mi paso por la unidad, pero para no hacer más extenso este comentario (y asegurarme su lectura) he decidido dejarlo así.
Les deseo lo mejor y muchas felicidades por el blog.
Un abrazo.
Juan Carlos (ex-alumno de prácticas de Psicología)

1 comentario:

Jennifer Delgado dijo...

Tambien hice el practicum en estrecha relacion con las personas psicoticas. Una experiencia muy linda porque detras de lo que aparentemente es locura, en muchas ocasiones aparecen destellos de cariño y ternura que son desconcertantes.
Una experiencia que nos marca definitivamente.
Un saludo desde el Rincon de la Psicologia

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