miércoles, 14 de julio de 2010

Copa del Mundo de Fútbol 2010 (o cómo generar alegría)

En respuesta a un artículo de José Sámano en El País sobre los triunfos deportivos de España un crítico lector señalaba que..."Un país es feliz cuando las personas ven que tienen un futuro para ellos y sus hijos, cuando su trabajo es seguro y estable, cuando su economía personal es estable, cuando puede relajarse pensando que el país garantiza con su situación el porvenir de sus hijos, cuando puede hacer frente con su trabajo a las hipotecas, colegios,y necesidades personales, cuando el gobierno es creíble y hace una política en beneficio del pueblo , cuando la sanidad no esta cuestionando si se paga o no sus servicios y un largo Etc, y los triunfos deportivos que aún siendo transitorios, con una estabilidad social , política y económica , sabrían a más y no quedarían difuminados por la situación del país en general y las situaciones particulares de las personas, ni haría falta que un periodista nos quisiera hacer creer que España es un País feliz."


Personalmente, y como en casi todo en la vida, me sitúo en un punto equidistante entre estas dos posturas. Así, estoy de acuerdo con el texto citado en el sentido que un Mundial no lo es todo; pero comparto con el Sr. Sámano que este triunfo deportivo ha provocado en la sociedad española un efecto positivo, una brisa de alegría y felicidad que es digna de estudio.

En nuestras unidades un alto porcentaje del personal así como las personas aquí ingresadas son seguidoras de la selección de fútbol (como pasa en la sociedad en general) y estos días de mundial, cuando España jugaba, veías como a medida que se iban pasando fases se creaba una atmósfera de alegría y buen rollo que se desbordó el día de la final. Así lo dejaban también reflejado en sus blogs los amigos de la URSM Virgen del Rocío o los de la Comunidad Terapéutica de Jaén.

El día después, en cualquier situación que te tocara vivir, se podían observar un mayor número de caras con una sonrisa en la calle. En general se percibía que la gente era un poquito más feliz... y yo, personalmente, me quedo con eso... y con "el beso" claro... (y espero ansioso algún sesudo estudio que nos sepa explicar porqué sucede esto).

 No nos podemos olvidar de señalar en este blog un ejemplo de integración en la figura del hijo del seleccionador a la llegada del equipo a España. (Ver la reflexión del periodista Andrés Aberasturi al respecto).

César M. Estévez (Enfermero Especialista de Salud Mental)

1 comentario:

Pedro dijo...

No me gusta el fútbol, pero confieso que yo también me he sentido más alegre desde el domingo. Creo que necesitábamos algo así, sobre todo cuando, como hoy se puede ver en el Debate del Estado de la Nación, nuestros políticos se insultan unos a otros luchando por el poder y lejos, muy lejos, de los intereses de los ciudadanos.

Tal vez sea que nos 'inculcan' el fútbol desde pequeños y que no dejamos de verlo y escucharlo constantemente, pero fue emocionante y alegre ver ganar a este equipo de chavales que han trabajado unidos por un objetivo común.

También me gustó la espontaneidad, el amor y la felicidad del "beso"

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