martes, 15 de mayo de 2012

Mitos y contra-mitos




Últimamente han llegado a mis manos dos libros que recogen diversos "mitos" sobre los trastornos psicóticos.

En el primero: "50 grandes mitos de la psicología popular", de Scott O. Lilienfeld y Steven Jay Lynn, se tratan como FICCIÓN las siguientes afirmaciones :
- Los diagnósticos psiquiátricos son poco fiables.
- Las etiquetas psiquiátricas son perjudiciales porque estigmatizan a las personas.
- La mayoría de los psicóticos de las sociedades occidentales serían vistos como chamanes en las culturas no occidentales
Frente a estas "ficciones" se ofrecen los "HECHOS":
- En el caso de los trastornos mentales importantes (como la esquizofrenia y la depresión clínica), la fiabilidad del diagnóstico es comparable a la de las principales enfermedades.
- Parece probable que el rechazo de que son objeto los pacientes psiquiátricos procede de su conducta anómala antes de la etiqueta diagnóstica, siendo el estigma de la enfermedad mental considerablemente anterior a todos los sistemas de clasificación psiquiátrica.
- Las personas de las culturas no occidentales distinguen perfectamente a los chamanes de los esquizofrénicos.

El otro libro al que hago referencia: "Mitos en psicosis", de J.J. de la Gángara Martín y L. García Carbonell (con el sello del grupo Ferrer en su contraportada) plantea como verdades incuestionables ("frente a lo que dicen algunos  ignorantes"- cito textualmente-) que:
-  La ciencia médica nunca se ha librado de que muchas apreciaciones erróneas, a base de repetirlas, acaben convirtiéndose en certezas, especialmente en materia psicopatológica. De hecho, si una rama de la medicina ha sido víctima de tales asunciones y maldiciones ha sido la psiquiatría. Ello se debe en parte a su propia tendencia a sustentarse en especulaciones más que en evidencias, o a la delicada frontera que en materia psíquica existe entre la evidencia y la “videncia”. A partir de estas premisas, los autores sentencian que:
- La esquizofrenia es una enfermedad o patología crónica con una prevalencia del  1%  que no discrimina entre culturas, razas, religiones y sexos.
- Los pacientes resultan inútiles para la sociedad (página 2).
- Hasta los años 90 los medicamentos solo eran eficaces para una parte de los síntomas y producían una gran cantidad de efectos secundarios desagradables que a veces ocasionan deterioro.
- El paciente con esquizofrenia, como el paciente con diabetes o hipertensión, debe mantener un tratamiento crónico, que le permitirá llevar una vida normalizada y evitará la complicación más grave de su enfermedad: la recaída.
- Un paciente con esquizofrenia no es un vago, sino un paciente que no está recibiendo el tratamiento adecuado para su patología, ya que, cuando se emplean neurolépticos atípicos, no solo se consigue actuar sobre los síntomas positivos, sino que además se mejoran los síntomas negativos, los afectivos y los cognitivos, aunque corramos el riesgo de que nuestro enfermo pida tabaco, café y un puesto de trabajo en lugar de la programación habitual.
- Si lo que le pasa (al paciente psicótico) es del cerebro, y no está claro que sea bueno, entonces lo que ocurre es que su cerebro está “estropeado” y tenemos que arreglarlo. Y para eso, lo que hay que hacer es ponerle un tratamiento que resuelva algunas cosas en su cerebro.
- La aparición de los neurolépticos en la década de los cincuenta y el hecho de que tanto clorpromazina y sus derivados como haloperidol mostraran su eficacia en el tratamiento de los pacientes con esquizofrenia supuso un duro golpe para aquellos psiquiatras que creían que las causas de la enfermedad mental estaban relacionadas con la existencia de conflictos intrapsíquicos, y no con alteraciones de los procesos biológicos que tienen lugar en el cerebro (¿reducción al absurdo?).
- Frente al mito de que los antipsicóticos son fármacos que mantienen al paciente anulado y no lo curan, la historia demuestra que la llegada de la farmacoterapia ha permitido evidenciar de forma palpable que existe un antes y un después de la irrupción de los tratamientos neurolépticos; el mito se sigue manteniendo en nuestros días, en parte debido a la propaganda transmitida desde determinados sectores pseudointelectuales y pseudoprogresistas, y sobre todos gracias a la labor poco afortunada de ciertos periodistas que desde distintos medios se empeñan en transmitir imágenes negativas de los pacientes en tratamiento, así como por la imagen poco edificante que difundieron determinadas películas de cine.
- Los “antipsicóticos atípicos” han demostrado su eficacia para el control de los síntomas positivos en los estudios comparativos realizados frente a fármacos como haloperidol (?). Además, esos estudios también demuestran que son superiores a los fármacos clásicos para controlar los síntomas negativos. Ni provocan ni agravan los síntomas afectivos, e incluso existen algunos estudios que demuestran que los mejoran.
- Ya solo los datos de eficacia permitirían convertir los antipiscóticos atípicos en los fármacos de primera elección para el tratamiento de pacientes con esquizofrenia, pero es que, por otra parte, estos nuevos antipsicóticos presentan un perfil de efectos secundarios muy distinto al de los antipsicóticos clásicos (¿pero este libro no iba de mitos?).
- El comportamiento violento entre la población con esquizofrenia es inferior al registrado entre la población general, y normalmente dicho comportamiento suele venir precedido por un clínica cuyo debido tratamiento a tiempo podría evitar muchas de esas conductas.
- Kraepelin se equivocó con el trastorno bipolar, entonces “psicosis maniaco-depresiva”, al afirmar que no produce deterioro. La realidad es otra: parece ser que durante los episodios de manía el paciente con enfermedad bipolar experimenta una hiperactividad catecolaminérgica intensa. En estas circunstancias, no solo se produce un hiperactividad de la noradrenalina y de la serotonina, sino que además existe un hiperactividad dopaminérgica. Esta situación acaba produciendo un exceso de radicales libres a nivel cortical, cuya eliminación resultará imposible de controlar y que acabarán resultando tóxicos para la corteza cerebral.
- A efectos prácticos, en la actualidad, los estudios realizados en Dunedin o los efectuados por Tohen, Goodwin, Calabrese o Akiskal (autor que habla de 6! tipos de trastornos bipolares) vienen a demostrar que el trastorno bipolar, si no es correctamente tratado, ocasiona alteraciones cognitivas que podrían ser detectadas mediante un test tan conocido como el Mini-Mental (?!) de Folstein. Además, este tipo de alteraciones quedarán (¿en el futuro?) reflejadas en los estudios de neuroimagen que se les realicen a los pacientes.
- En los episodios de manía se produce una hiperactividad catecolaminérgica que, en caso de no ser tratada, no sólo producirá alteraciones importantes en el comportamiento del paciente, sino que además acabará produciendo un efecto neurotóxico que se traducirá en alteraciones cognitivas que, con el tiempo, pueden ser graves, e incluso en alteraciones apreciables en las pruebas de neuroimagen del paciente.
- El paciente con trastorno bipolar necesita un seguimiento continuado de su enfermedad y de su tratamiento que permita mantener controlada su clínica. De este modo, se puede evitar que se produzcan cambios bruscos en su patología y prevenir los posibles problemas de agresividad, que generalmente se dirigen contra su persona.
* Los paréntesis son míos, el resto de las citas de "Mitos en psicosis", son literales.

Pues bien, bajo mi punto de vista (tan subjetivo como el de los demás), delimitar una frontera concisa y definida entre lo que es un mito y  los que es realidad en el campo de las ciencias de la mente y el comportamiento humano no es una tarea tan sencilla y "obvia".
Tampoco creo que se sostenga la división tan socorrida a la hora de desacreditar al contrario entre ideología y ciencia y que dicha división sea un argumento mínimamente riguroso para declarar sin atisbo de duda cosas como  que la esquizofrenia es un trastorno mental crónico e incurable, cuando la misma Organización Mundial de la Salud afirma lo contrario (CIE-10: pág-116).
Quizás, es cuestión de no posicionarse de una manera radicalizada en un bando u otro, sino más bien de no dejar nunca de lado nuestra formación y observar lo que pasa a nuestro alrededor. Y a partir de aquí, comenzarnos a hacer preguntas y aprender a dudar.
No es que queramos convencer a nadie de que la psiquiatría más biologicista es el demonio (personalmente tampoco lo pienso) ni que las orientaciones que se cuestionan el modelo médico más tradicional poseen la verdad absoluta.
Solo se trata de que aprendamos a ser críticos y que, frente a la falta de certezas, intentemos "agarrarnos" a aquellos presupuestos que potencien el respeto a la persona, la protección de los derechos humanos, el sentido de responsabilidad, la honestidad y sinceridad para con los clientes, la prudencia en la aplicación de instrumentos y técnicas y  la competencia profesional.

Para finalizar, os propongo algunos contra-mitos, que espero que completéis con vuestros comentarios:
- La fiabilidad y validez de los trastornos mentales ha sido cuestionada por numerosos autores e investigaciones (Fuente: Modelos de Locura: capítulo 5).
- Los "pacientes inútiles" para la sociedad no son en muchos casos más que artefactos de un sistema ineficiente (Fuente: mi propia experiencia).
- Distintas culturas no occidentales muchas veces responden y entienden las experiencias psicóticas de manera diferente, incluso a veces considerándolas como positivas y espirituales. (Fuente: The Icarus Proyect and Freedom Center).
- Los datos de prevalencia e incidencia de la esquizofrenia no confirman la famosa cifra del uno por ciento ni la afirmación de que los trastornos mentales graves se den por igual en todas las clases sociales, niveles económicos, culturas, etc...(Fuente: http://blogsaludmentaltenerife.blogspot.com.es/2010/06/uno-por-ciento-esquizofrenia.html).
- En lo que respecta a las cuestiones más relacionadas con la psicofarmacología y biología, hay personas que pueden hablar de estos temas con mucha más rigurosidad y solidez que yo, por lo que os remito a dos fuentes que ponen en entredicho algunas de las "verdades" de Mitos en psicosis:
 http://postpsiquiatria.blogspot.com.es/ y http://www.institutopsicofarmacologia.com/.

Que el pensamiento crítico y el respeto hacia otros seres humanos os acompañe.

Texto escrito por Esther Sanz (Psicóloga Clínica Área Externa Salud Mental).

10 comentarios:

pere dijo...

Según cuentan, a la pregunta ¿dónde va la psiquiatría actual? formulada por el Dr. F. Colina, respondió el Dr. G. Berrios "Donde la industria quiera".
Lo más preocupante, a mi juicio, no es tanto la cantidad e ubiqüídad de opiniones interesadas como el hecho de que esos mitos hayan permeado todos los estamentos sociales hasta convertirse en dogmas 'de facto'. Es decir, hemos llegado al punto de no distinción entre 'hipótesis', 'opiniones' y 'creencias'.
El noticia buena es que ante declaraciones de tal diversidad y contraste, los 'sanamente escépticos' tenemos oportunidad de indagar y encontrar las opiniones más fundamentadas.
Recordemos a Orwell: "En tiempos de engaño generalizado, decir la verdad es un acto revolucionario".
un abrazo,

Jose Valdecasas dijo...

Me gustaría ver el listado de conflictos de intereses de los autores de dichos libros, para saber desde dónde hablamos cada uno.

Comparto las opiniones de Esther y, además, me gustaría dejar un enlace a las revisiones bibliográficas que realizan dos editorialistas del British Journal of Psychiatry sobre los antipsicóticos atípicos:

http://postpsiquiatria.blogspot.com.es/2012/04/que-cosas-dice-el-british-journal-of.html

(A ver si el BJP va a ser una revista de mitología en realidad...)

Jordi Badia dijo...

- Los diagnósticos psiquiátricos son poco fiables.
- Las etiquetas psiquiátricas son perjudiciales porque estigmatizan a las personas.

¿Ficción? ¿Mitos? Hombre, algunos "prescriptores" hacen que parezcan realidades.
Pere: completamente de acuerdo contigo.
Un saludo de un "sanamente escéptico"

Tira los Muros dijo...

Hola Esther, totalmente de acuerdo contigo, yo también intento no radicalizarme en ninguna posición (a veces… ), pero cuando tengo que defender el respeto, los derechos y una atención digna, me radicalizo sin mirar consecuencias, ese es mi error y a veces lo pago.

Yo también escucho y leo atentamente otras posturas, indefendibles para mí, no basadas en nada…ni en la experiencia, ni en la investigación, ni en la persona. Las respeto, ya que los protagonistas de dichas posturas los considero cuidadores y quiero creer que no hay otros intereses. Ahí está la clave, en los protagonistas…no son ellos ni nosotros, los protagonistas son los afectados, hasta que no comprendamos esto, no avanzaremos, debemos facilitar el control (ahora los tenemos nosotros, que injusto) de sus vidas.

Me quedo con tu contra-mito:
“Los "pacientes inútiles" para la sociedad no son en muchos casos más que artefactos de un sistema ineficiente (Fuente: mi propia experiencia)”.

Besos
Hilari

Anónimo dijo...

La verdad es que esta es una de las enfermedades mas complicadas y mas estigmatizadas que existen. Los fármacos ayudan bastante,creo yo, aunque no hay que olvidarse de la ayuda psicológica. Pero los apoyos mas grandes se encuentran, despues de esto que digo, en el entorno en que vive el enfermo. por entorno digo todo lo que rodea la vida del enfermo

Anónimo dijo...

No entiendo el porque de tanta palabreria en relacion al tema de los trastornos mentales severos y su abordaje intentando contraponer tratamiento farmacologico versus "psicologico" , cuando siempre se abordan ambos. El recetar un tratamiento no indica ni mucho menos que no creas en esa persona, ni la consideres ni coartes su libertad...ni nada por el estilo. Ademas es muy cierto que los tratamientos actuales son mucho mejores que los de hace 50, 40 y 20 años, pero claro para opinar sobre ello quiza haya que haberlos utilizado y saber. La inversion en farmacos del sistema nervioso central (neurologia y psiquiatria) ha sido la mayor en la industria farmacologica y ahi estan los resultados, tanto en la eficacia como en los efectos secundarios desagradables y a veces favorecedores del estigma.
Creo que hay que estar de enhorabuena por el mejor tratamiento farmacologico, que ademas permite trabajar mas aspectos psicoterapeuticos. Lo de mitos...en mi opinion forma parte mas parte de la pseudofilosofia que de la ciencia medica, aunque algunos parecen anclados en ese tipo de reflexiones que no parecen conducir a mucho en el abordaje del paciente.
Un saludo a todos los participantes del blog

Blog salud mental dijo...

Un saludo para PERE, JOSE, JORDI, HILARI Y RAÚL.
En cuanto al último anónimo solo un par de aclaracionmes:
- en esta entrada no se contrapone el tratamiento farmacológico versus psicológico.
- decir que "ambos tratamientos siempre se abordan juntos" no obedece a la realidad. Desgraciadamente los abordajes psicológicos en las psicosis son muy escasos o de muy baja calidad. Le invito a darse una vuelta por cualquier unidad (de hospitalización o no) y preguntar a los afectados o a comparar el ratio de psicólogos frente al ratio de psiquiatras por pacientes.
- Tachar de pseudofilosofía aquellos argumentos que no coinciden con los suyos me parece... muy pobre.
- Le aseguro que los autores de los blogs de psicofarmacología a los que remitimos en esta entrada "han utilizado (los fármacos)" y "saben" (de lo que hablan).
Saludos.
Esther.

Paco dijo...

Esther: me he quedado de piedra con esta entrada.

Lo que dice Jose de los conflictos de interés: creo que es evidente.

De todo, me quedo con algo que me ayuda y que te agradezco especialmente: "Solo se trata de que aprendamos a ser críticos y que, frente a la falta de certezas, intentemos "agarrarnos" a aquellos presupuestos que potencien el respeto a la persona, la protección de los derechos humanos, el sentido de responsabilidad, la honestidad y sinceridad para con los clientes, la prudencia en la aplicación de instrumentos y técnicas y la competencia profesional". Un saludo.

Mad Sisterhood dijo...

Hola.

Solo puedo hablar con respecto a mi experiencia. Los antipsicóticos (mirtazapina, olanzapina) que me dieron desde que me ingresaron en el primer psiquiátrico me dejaron completamente anulado, entre otras cosas. A palabras de mis padres "era como un robot" en las visitas solo decía: si, no, vale. Al salir estaba en las mismas, nada de sentimientos, totalmente apático. Así durante 3 meses hasta que tuve una crisis y la cosa empeoró alargándose 2 meses más. No fue hasta que encontré un psicólogo cojonudo que me está ayudando a salir del pozo por mis propios medios.

Aparte de eso, muy buen post!

Salud!

Anónimo dijo...

Sobre los antipsicóticos, en el texto se dice que uno de esos mitos es que "son fármacos que mantienen al paciente anulado y no lo curan", para luego afirmar que la esquizofrenia es una enfermedad crónica… ¿Acaso no se emplean esos antipsicóticos atípicos en diagnósticos de esquizofrenia? ¿En qué quedamos, curan o cronifican? Ah!, debe ser que curar y cronificar, para algunos especialistas, es lo mismo

Y siguiendo con los antipsicóticos se lamenta de su rechazo con argumentos como este: "así como por la imagen poco edificante que difundieron determinadas películas de cine…"
Uuuffffff!, que "familiar" me suena este argumento de "vieja y rancia escuela". Es lo mismo que decían para justificar el electroshock… Hasta en eso son poco originales y faltos de ideas, que tienen que recurrir al "vintage punitivo".

"Akiskal (autor que habla de 6! tipos de trastornos bipolares)", qué este individuo, parece que el solito va a redactar un DSM-VI antes de que aparezca el DSM-V.

Todavía no entiendo cómo en psiquiatría se sigue dando crédito a los discursos de las evidencias científicas, cuando ni son evidentes, ni forman parte de ciencia alguna que no sea la probabilidad, la especulación, el azar y la fortuna en la mezcla y combinación de síntomas.

Sobre el diagnostico a través de la imagen, no se si reír o llorar porque además es grave. Cuando a alguien con determinadas crisis lo envían a un especialista de este tipo, no es para que le diga que le cante la nana de que no le pasa nada, sino para confirmar que padece un trastorno. Para ello utilizan los "nuevos" recursos de diagnóstico a través de la imagen; pero si por algún casual (qué fatalidad) la imagen no detecta ninguna alteración en nuestro cerebro, es igual, el trastorno te va a caer igual.

A mi mamá no le han podido encontrar ningún tipo de esas "alteraciones" que dicen que "aparecen reflejadas", y sin embargo la han diagnosticado. Puestos a "castigar", podrían hacerlo medicando a la máquina que les ha contrariado y no a quien desconoce el origen de su malestar. O incluso, que se medique el propio especialista, por no querer escuchar a la familia cuando le explica el posible origen y el proceso de lo que le está sucediendo. Los especialistas se creen que ellos son los que saben, y nosotros, aunque algún miembro de la familia pertenezca al gremio de los "loqueros arrepentidos", sólo decimos tonterías que le distraen de la búsqueda de "la piedra de la locura". Lo más efectivo, es lanzar unas cuantas pastillitas "al estanque", para ver si se producen las vibraciones adecuadas, que no son otras que los síntomas que todavía les faltan. Si la imagen no refleja nada susceptible de ser patológico, la ignoramos; si no aparecen suficientes síntomas los creamos y todo resuelto. Ahora sí tenemos una locura estadística de manual y por tanto, puede ser tratada como tal. Y esto no es una película de Alfred Hitchcock, para ponerle de nombre "psicosis", aunque haya una mamá por medio.

Al querido segundo anónimo, rectificarle en parte su comentario sobre los gastos en antipsicóticos. No debe usted engañarse, pues esa inversión tan grande se refiere a la publicidad y el marketing…, y efectivamente, "ahí están los resultados", muchas personas aplazando su recuperación porque esperan la aparición de un medicamento "milagroso" que les traiga una casa, un trabajo, un novio o una novia, una boda, etc… Y lo digo con tristeza y no con sarcasmo.

Si esto no es mantener a las personas anuladas, que alguien me lo explique o me recete algo que me ayude a comprenderlo mejor.
Gracias

Un "pseudointelectual y pseudoprogresista" a mi pesar!, pues hay quienes no pueden abandonar ese "hábito" de etiquetarlo todo...

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