mi cabeza
pelea conmigo
siendo,
en esos momentos,
yo mismo
mi peor enemigo;
un enemigo sin par…
pues es una absurda batalla
en la que, ineludiblemente,
nadie gana,
así le levante yo un arma
o ella me deje ganar
y es que, así, no hay salida
pues ella sale siempre herida,
herida que
para mí,
a veces,
es casi mortal
hasta que aparece la medicina
como bendita cura
tras un infierno
de llama tan cruda
que hasta el corazón,
por momentos,
me llega a desgarrar.
A veces
mi cabeza me traiciona
olvidando que somos la misma cosa
y me ha de apuñalar
con una realidad que no es real,
ni existe,
pero que,
sin embargo,
me persigue
hasta llegarme a atrapar
y es cuando caigo
en un verdadero abismo
de vértigo sin igual
y es que vomitar todos mis sentidos,
(tanto me llega a marear)
y pierdo el norte y el tino
hasta que me llegan a salvar
gentes de tan peculiar oficio
que las mentes llegan a sanar.
Y así recogen la mía,
pobre, flaca, débil,
tirada en el suelo, no más,
y la estimulan y le insuflan vida
hasta que, coherente, vuelve a hablar.
Y me despierto de una pesadilla
tan vivida
que,
pese a ello,
confuso
ni llego del todo a recordar
quedando un sabor agridulce en mi boca
por saber que,
otra vez,
he caído
y que,
una vez más,
me he vuelto a levantar…
Texto escrito por J.Z.G.D.
3 comentarios:
Preciosa, brutal y demoledora poesía. Un abrazo fuerte J.L.
César M.
Me ha encantado tu poesia, a veces en momentos me encuentro asi pero siempre aparece alguien para ayudarnos. Te animo a que sigas escribiendo, lo haces muy bien.
Una maravilla. Si puedes y quieres sigue haciendo estos aportes cuando estes fuera del hospital.
Felicidades
Publicar un comentario