lunes, 25 de enero de 2010

La TEC o terapia electro convulsiva

La TEC es un tratamiento altamente efectivo para la depresión mayor que se utiliza también para tratar el trastorno bipolar, la catatonía y algunos trastornos psicóticos y que utiliza electricidad para inducir una convulsión con fines terapéuticos.
La terapia electroconvulsiva (TEC) se realiza con mayor frecuencia en la sala de recuperación o en el quirófano de un hospital, bajo anestesia general. Se aplica electricidad al cerebro durante algunos segundos para provocar actividad convulsiva y se administra un medicamento para impedir que la convulsión se extienda por todo el cuerpo. Esta terapia generalmente se aplica tres veces a la semana por un total de 6 a 12 sesiones.
Algunas personas han reportado una leve confusión y dolor de cabeza después de una terapia electroconvulsiva, a penas tiene efectos secundarios y sus contraindicaciones son las propias del uso de la anestesia.


El cirujano y escritor Sherwin Nuland analiza el desarrollo de la terapia de electroshock como cura para la depresión severa y de riesgo vital, incluyendo la suya propia. Una charla conmovedora sobre alivio, redención y segundas oportunidades.

En la revista de enfermería ENE hay un interesante artículo sobre la experiencia en TEC desarrollada en el HUNSC en los últimos años (ya el amigo José Marrero nos hizo una presentación en nuestro centro de dicho proyecto) y donde se hace una interesante reflexión sobre dicho tratamiento:  "En la actualidad muchas de las llamadas medicinas alternativas utilizan la electricidad, tanto para el diagnóstico como para el tratamiento. La llamada "Medicina Holística" se basa en la idea de que el cuerpo humano es energía y, cuando está en desequilibrio, surgen las enfermedades, para restablecer esta balanza existen métodos que utilizan la electricidad, localizada en puntos tradicionales de la acupuntura, para hacer diagnósticos e incluso tratar ciertas enfermedades.
Es muy conocido el tratamiento basado en corrientes eléctricas de baja intensidad para aliviar los dolores musculares, práctica habitual en el mundo de los deportes."

Este tratamiento sin embargo ha estado muchos años en desuso, pronto surge un rechazo social muy importante a este tratamiento. ¿Por qué? Dos de las razones fueron estrictamente médicas: dicho tratamiento era utilizado en aquella época a toda persona con un trastorno psiquiátrico grave o crónico, así como a personas con conductas que en aquel momento se consideraran inapropiadas. La utilización de este tratamiento de forma inespecífica a todo paciente psiquiátrico o con alteraciones conductuales motivó muchos fracasos terapéuticos, dado que el electroshock, tal como sabemos ahora, sólo es útil para un tipo de pacientes muy concretos. En el pasado, el electroshock se realizaba sin anestesia. En consecuencia, era un tratamiento muy doloroso. Otras de las razones aducidas fueron de tipo ético o moral: Diversas personas, médicos y no médicos, criticaron este tratamiento basándose en prejuicios. Diversas películas de gran éxito mostraron la peor cara posible de este tratamiento. En dichas películas el electroshock se muestra, no como un tratamiento médico, sino más bien como una técnica antiagitación o antiagresividad (más como castigo que como tratamiento). Todas estas razones, junto al hecho de que en aquel momento estaban apareciendo los primeros tratamientos farmacológicos psiquiátricos (antidepresivos, antipsicóticos y de antiansiedad) comportaron la desaparición transitoria de este tratamiento a lo largo de la década de los setenta.

A pesar de los datos anteriores, la evidencia científica apunta que la terapia electroconvulsiva mejora la calidad de vida de los pacientes. Así lo señala un estudio publicado en la revista "British Journal of Psychiatry", donde se evalúan los efectos sobre la calidad de vida y funcionalidad de los pacientes que han sido sometidos a terapia electroconvulsiva. Después de la aplicación de diversas series de TEC, los pacientes aceptan con confianza el tratamiento y superan los efectos adversos y declaran sentirse mejor.
 
En nuestro centro se lograron extraordinarias mejorías en varios casos, recordamos en especial el caso de dos señoras de múltiples ingresos y largas estancias: Doña E. y Doña Of. quienes remitieron de forma sorprendente su sintomatología en cuestión de sólo varias sesiones. Doña E. no ha vuelto a ingresar y Doña Of. desgraciadamente no pudo volver a recibir la TEC por problemas con la anestesia derivadas de su compleja situación cardiológica y volvió a recaer en su sintomatología previa. Aunque aún recordamos como estas señoras con sintomatología depresiva grave que se pasaban prácticamente todo el día sollozando incosolables y con una mueca de angustia y sufrimiento en su cara, tras este tratamiento parecía como si se hubieran quitado una máscara y volvían a ser quienes una vez fueron.

Ver también este enlace de un blog amigo sobre el mismo tema.
Además, y tras las opiniones divergentes de algunos Nikosianos, dejo aquí un enlace que puede resumir el otro punto de vista sobre este tratamiento. (Gracias por vuestras aportaciones, SIEMPRE)

César M. Estévez (Enfermero especialista en Salud Mental)

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Es cierto que tiempo atrás, las descargas eléctricas de la TEC, han tenido que soportar una fama que probablemente sea inmerecida, pero no sin razones, porque las razones siempre existen. Apelar a las bondades de la TEC desde los estudios científicos, no deja de ser maniqueo, lo mismo que lo contrario. Y digo esto, porque siempre encontraremos estudios que nos proclamen las verdades que necesitamos encontrar sin dar la oportunidad del contraste.
Todxs lxs que hemos pasado por las facultades de psicología, sabemos perfectamente que la estadística es una de las herramientas principales, tanto para obtener datos, como para esconderlos, y que la estadística por sí sola, no disminuye el sufrimiento, salvo si se prescribe como placebo.
Seguro que hay personas que, tiempo después de las descargas, muestren una mejoría e incluso alaben este tipo de "tratamiento". Pero seguro que también encontramos personas que expresen todo lo contrario y no hayan tenido ningún avance significativo.

"...os digo que no nos vendan verdades, que la verdad no existe,
la verdad y la razón son creaciones del hombre
para doler, para medir.
Hay que luchar contra el silencio,
y la ignorancia,
no somos enfermos.
Quién tiene la verdad absoluta, la realidad absoluta,
que la muestre, que la enseñe si puede,
es mentira, mentira, no existe..."
(Extracto poema "A todos ellos" de Princesa Inca)

Anónimo dijo...

Sinceramente, he tenido la oportunidad de conocer a algunas personas a las que les han aplicado este tipo de "terapias", una de ellas tía mia, que me produjeron un sentimiento muy triste siendo muy jovencito y no puedo dejar de estremecerme cuando las recuerdo. Su desorientación, su incapacidad para contenerse las babas, para entender las palabras, su mirada perdida, sus dificultades para expresarse, para sentir hacia fuera, etc..., me hacía comprender que aquello no podía reportarles la salud que necesitaban.
Estoy convencido que la medicación es fundamental y necesaria en los momentos de crisis, pero como tratamiento para el intento de conectar de nuevo, aunque sea mínimamente, con sus capacidades volitivas y con la realidad, para desde ahí, iniciar el camino hacia la terapia. Si sólo se suministran medicamentos, los conflictos persisten encubiertos por estos y sospecho que lo mismo sucede con la TEC.
Quisiera recordar que las trepanaciones de cráneo, también fuero algo habitual en su momento y hasta concedieron un premio nobel al padre de la lobotomía, sin embargo, tiempo después, se comprobó que más que algo maravilloso, era un nuevo tormento sangriento.
Para concluir, confirmar las palabras que aparecen en el escrito sobre las bondades de la corriente en las recuperaciones musculares, y recordar que el cerebro no es ningún músculo y que en cualquier instalación eléctrica doméstica, una sobrecarga hace saltar los fusibles, y que si esa instalación no está en condiciones, hasta se producen incendios... Por lo que reivindicar un "tratamiento" de este tipo, cuando menos, debiera hacerse con letra muy pequeña, puesto que la desesperación para evitar tanto sufrimiento, aveces nos arroja hacia decisiones límite...
Las terapias existen, hay que encontrar las adecuadas para cada persona y complementarse con otro tipo de tratamientos, sin importar si son largas y costosas. Es algo tan sencillo como que no se puede gestionar la salud de nadie en términos de ratios, productividades o beneficios.
Un abrazo muy fuerte.
Gorka

César M. Estévez dijo...

Para Anónimo 1: la TEC ha demostrado ser un tratamiento de gran eficacia en la Depresión Mayor, si bien es ciero que su importancia es menor en otras patologías. Mi post sólo pretende exponer la realidad de una terapia válida para determinadas patologías y en determinadas circunstancias que no podemos desechar de entrada, especialmente si tenemos en cuenta que hoy por hoy no tiene efectos secundarios de importancia. Dichos datos vienen avalados por la Cochrane http://es.wikipedia.org/wiki/Colaboraci%C3%B3n_Cochrane

Para Gorka: Muchísimas gracias por tu interesante comentario. Con respecto a lo que señalas de una tía tuya es incluso más probable que dichos efectos secundarios sean debidos a los psicofármacos de aquella época que directamente relacionados por este tratamiento. Aunque no quiero que interpretes que soy yo el defensor a ultranza de la TEC, simplemente considero que es una opción terapéutica más (en especial para la depresión resistente grave) que no debemos desechar sin más. Además dicho tratamiento no debe realizarse sin una intervención más integral que aborde los múltiples aspectos que intervienen en la enfermedad.
Un afectuoso saludo y esperamos tus interesantes comentarios en este blog.

Anónimo dijo...

Hola César, os agradezco que se pueda hablar tan abiertamente de estas cuestiones que a veces quedan demasiado relegadas al pequeño círculo profesional.
Con mi comentario, lo que intentaba explicar, es que no podemos hablar de "la realidad", sino de "unas realidades concretas". El caso de mi tía lo conozco directamente y pese a mi corta edad, podía distinguir en ella los efectos de la medicación, o cuando le habían aplicado su sesión de electroshock. Puedo aceptar la TEC como cualquier otra opción, menos como terapéutica, pero entiendo que eso se debe a mi formación como psico-terapeuta y por tanto de entrada no la concibo, aunque esa es siempre una decisión que no le corresponde al terapeuta.
Como explicaba, a la lobotomía también le fue reconocida eficacia para las agitaciones o las respuestas de apariencia violenta..., y ya sabemos lo que sucedió más tarde. Si se realizara una intervención integral sin los recortes y limitaciones actuales, a buen seguro que podríamos prescindir de la TEC en la mayoría de situaciones, pero lamentablemente, se necesitan resultados rápidos, sin importar demasiado si los conflictos que provocaron la crisis, se han abordado o no, o si estos pueden volver a aparecer.
Con mis mejores deseos.
Gorka

Anónimo dijo...

Hola, aunque no puedo opinar por propia experiencia, lo que más me produce rechazo de esta terapia (como de casi cualquier otra), es que se entiende que el sujeto es el portador de la enfermedad, la depresión, el trastorno bipolar o lo que sea, cuando en realidad lo que tenemos delante es un síntoma de un sistema enfermo. De manera que la mejoría mediante estos tratamientos solo puede ser transitoria. Mientras no se produzcan cambios en el sistema (llamémosle sociedad), difícilmente estas personas se puedan recuperar del todo REALMENTE. Una opinión como otra más. Un saludo.

Blog salud mental dijo...

Muchas gracias a Gorka y Lara por sus valiosas aportaciones.
Un saludo.

César M. Estévez

Unknown dijo...

¿Y por qué no probamos con las lobotomías de nuevo?no,no, mejor nos cortamos la cabeza, y así el abanico de enfermedades mentales que podríamos “solucionar” sería mayor.
Que más dan los recuerdos, que son los que nos hacen ser nosotros…(no somos ordenadores).
Bienvenidos al “Mundo Zombie”

la princesa inca dijo...

a mi me han practicado electros
y tengo un vacio de dos meses,
cuando digo dos meses son dos meses
de completa no-memoria
no recuerdo nada absoluto de ese tiempo
estaba ingresada
y no recuerdo a nadie que me vibo a visitar ni absolutamente nada de esa época
no se puede estar a favor de algo de lo que no se conoce su efecto
es decir que no se sabe porque funciona si es que probocar el olvido es curar porque de eso se trata de apagar el ordenador haber si se reinicia pero
perdiendo la informacion
NO SE PUEDE CURAR DESDE PROBOCAR EL OLVIDO
ADEMÁS ANIMO A LOS QUE ESTÁN A FAVOR QUE PRUEBEN UNA SESION DE ESTO MISMO A LO QUE DEFIENDEN
TOTAL SI NO HACE NADA MALO
PUES LO PUEDE UTILIZAR CUALQUIERA

SEGURO QUE NINGUNO DE ESTOS LISTOS
MEDICOS ENFERMEROS
PASARÍA POR ELLOS

además el que tiene que querer o no querer es le enfermo
y no la familia como se da en la mayoria de casso

Blog salud mental dijo...

A Iván y a Princesa Inca:
Gracias por vuestras aportaciones (aunque sean duras son siempre bienvenidas)
Si releeis detenidamente el post creo que el enfoque no es el que vosotros planteais. Mi planteamiento ante la TEC es que es un tratamiento a tener en cuenta en casos graves y resistentes a otro tipo de abordajes... y al igual que en un cáncer se da quimioterapia (sopesando los pros y contras) esta es una opción terapeutica en la que se debe valorar detenidamente, y a ser posible con el consentimiento del afectado y bajo la supervisión de un comité multidisciplinar que valore cada caso, los beneficios frente a los posibles efectos secundarios. Ni es la panacea ni yo pretendo situarme como defensor a ultranza de esta técnica ni tampoco pretendo sentar cátedra ni hacerme pasar por "listo".
Sólo pretendo reflexionar y os aseguro que vuestras aportaciones y las de algún otro me han permitido profundizar en dichas reflexiones y matizar alguno de mis consideraciones previas.

Vaya desde aquí mi admiración y afecto por la autora del poema "A todos ellos".

Saludos,

César M.

Anónimo dijo...

Hace poco tiempo descubrí este blog y me gustó, pero cuando he leído este post antiguo acerca de esa tortura que algunos llaman "terapia" he sentido un dolor enorme precisamente porque sois vosotros, a quienes admiraba, los que habláis así de lo que no sólo yo sino muchísimos psiquiatras importantes consideran una aberración. La he probado, sin mi consentimiento, por supuesto, y os digo que sus efectos son absolutamente deletéreos y no solo por la pérdida de memoria, que en mi caso me ha robado más de un año de vida, sino también por la desorientación espacio temporal que sigue durante mucho tiempo. Eso si te salvas y no te produce una hemorragia cerebral y ya no lo cuentas. El problema es que, en este país nadie se atreve a denunciar nada porque no serviría. En otros países hay cantidad de causas judiciales y asociaciones que protegen a los pacientes de esos psiquiatras que no consideran a sus pacientes seres humanos con derechos. No se diferencian mucho de los responsables de la clínica vienesa Am Spiegelgrund en la que los médicos asesinaron con fenobarbitol a unos 775 niños porque los consideraban "unworthy lives", es decir, vidas que no merecían la pena. Si queréis documentaros un poco, eso siempre que realmente os importen los seres humanos, podéis empezar a leer algo de Peter R. Breggin, Colin Ross o cualquier otro autor de los que explican perfectamente todo lo relativo a esa tortura. O si no entendéis muy bien el inglés, os aconsejo que echéis un vistazo al blog del "Telefono Viola" en italiano y leáis algo de uno de sus fundadores, el médico y ser humano con mayúsculas, Giorgio Antonucci. A mí me han destrozado la vida, literalmente. Además de que mis problemas siguen ahí, con la pérdida de memoria, las humillaciones, vejaciones, amenazas y coerciones que tuve que sufrir en la clínica no podré olvidarlas jamás. Creedme, si de verdad tenéis ética, no permitáis que alguien, gracias a vuestro testimonio, piense que esa tortura es eficaz. Gracias.

Blog salud mental dijo...

Al último comentario: aunque este post no lo colgué yo, creo que lo realmente interesante de plantear opciones como el TEC es la posibilidad de que se habla de ello como tú has hecho.
De todas formas, no creo que mi compañero César se sitúe a favor ni en contra de la terapia electroconvulsiva, simplemente ha ofrecido una información capaz de suscitar el debate y la reflexión. Debatamos pues y aprendamos.
Y no necesitemos recurrir a la ironía sobre nuestros conocimientos de inglés ni nuestra caladura ética (me jode bastante lo fácil que atacan en ocasiones aquellos que exigen tanto respeto).
Un saludo.
Esther.

Anónimo dijo...

Siento mucho que usted se haya molestado por mi comentario. Mi intención no era ni atacar ni ofender a nadie. En lo que se refiere a exigir respeto no entiendo lo que usted quiere decir.
Gracias por su respuesta

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