Como es costumbre de la que escribe y empezando este artículo por lo que vendría a ser la conclusión final, podríamos afirmar, que si lográsemos familias y entornos sanitarios SIN:
- hostilidad ni rechazo hacia la persona diagnosticada de enfermedad mental
- críticas constantes sobre lo que hace, dice o piensa
- actitudes excesivas de sobreprotección, intromisión, alabanza, autosacrificio o preocupación
- inducción de culpa
- tendencias a adivinar los pensamientos o sentimientos del otro
- una manera vaga e imprecisa de comunicarnos
... si todo esto fuese posible, que sin duda lo es, estaríamos abonando el terreno de la prevención de la esquizofrenia y de la disminución de recaídas en caso de haberse desarrolllado el trastorno, así como de unos mayores índices de recuperación tras las crisis.
A continuación expondré de manera sencilla en qué consisten las tres variables que repetidamente aparecen en la bibliografía como factores relacionados con la aparición y agudización de la esquizofrenia, ( emoción expresada, estilo afectivo y desviación comunicacional), subrayando de nuevo la urgente necesidad de cuestionarnos, familiares y profesionales de la salud mental, de qué manera nos estamos comunicando y de qué forma podemos mejorar.
1- La EMOCIÓN EXPRESADA (EE) está formada por tres elementos:
- la hostilidad, que a su vez la componen la crítica y el rechazo generales
- la crítica o comentarios negativos específicos acerca de lo que hace, piensa o siente "el paciente"
- el sobreenvolvimiento emocional, dentro del cual situaríamos la sobreprotección, intrusividad, exteriorización de emociones, exceso de alabanzas, autosacrificio y preocupación.
Durante los últimos 40 años, la mayor parte de la investigación acerca de la relación entre la familia y la esquizofrenia se ha centrado en la relación entre la emoción expresada y las recaídas. La conclusión de dichos estudios apunta a un aumento considerable de las recaídas en aquellas familias donde existen unos niveles altos de EE, siendo el índice medio de recaída del 21 % en las familias con una EE reducida y de un 48% en las familias con una EE elevada.
Además, existen otras fuentes de pruebas que confirman que estar rodeado de ambientes con una alta EE no es bueno para la salud mental:
- los programas para reducir las críticas, la hostilidad y la sobreprotección reducen los índices de recaídas. En un artículo donde se revisaban 6 estudios acerca de este tema, se calculó que mientras que el tratamiento normal (farmacológico) presentaba un índice de recaídas a los dos años del 71%, las intervenciones dirigidas a tratar la EE producían una tasa de recaídas del 33%.
- las diferencias culturales en los niveles de EE pueden así mismo explicar los índices de recuperación mucho más elevados en países con índices de EE más bajos, como países en vías de desarrollo como la India
- finalmente se ha constatado unos resultados más desfavorables en el tratamiento de las personas diagnosticadas de enfermedad mental en las unidades de salud mental donde prevalecen actitudes críticas en el personal.
2- El ESTILO AFECTIVO comprende tres subcategorías:
- crítica personal,
- inducción de culpa
- intrusividad (en el sentido de imaginar lo que piensan o sienten los demás)
Las investigaciones han relacionado esta variable con las probabilidades de sufrir un trastorno mental de tipo esquizofrénico, siendo el doble en los adolescentes que pertencían a familias con un estilo afectivo negativo.
3- La DESVIACIÓN COMUNICACIONAL mide el modo de hablar de forma vaga, confusa e imprecisa, siendo imposible así el conocimiento compartido.
De nuevo, la investigación apoya la hipótesis de que vivir en un entorno donde prevalece este tipo de comunicación desviada aumenta las posibilidades de padecer un trastorno esquizofrénico.
Fuente: Modelos de locura de J. Read, L. Mosher y R.P. Bentall
Fuente: Modelos de locura de J. Read, L. Mosher y R.P. Bentall
Texto escrito por Esther Sanz ( Psicóloga Clínica Área Externa de Salud Mental)