Hoy es el Día Mundial de la Salud Mental y el lema que este año ha escogido la Federación Mundial de la Salud Mental (WFMH) para conmemorar esta señalada fecha (al menos para algunos de los más de 400 millones de seres humanos aquejados por algún trastorno mental, neurológico o relacionado con el consumo de sustancias, según datos de la ONU) ha sido el siguiente “El gran reto: invertir en salud mental”.
Como las actuales circunstancias económico-político-sociales no acompañan para esperar grandes inversiones en lo que a desembolsos económicos se refiere (es más, nos conformamos con que los recortes en sanidad no hagan mella en esta ya mellada y vulnerable área de la salud), os proponemos que al menos invirtáis unos minutos de vuestro tiempo en pasear vuestros ojos y vuestro intelecto por estas letras, para así tomar nota de algunas ideas que creemos realmente beneficiosos para la salud mental de muchos seres humanos, afectados por trastornos mentales, o no.
Porque el conocimiento es la mejor inversión para hacer crecer nuestra sensibilidad y respeto hacia otros seres humanos y porque, este conocimiento nos puede ayudar a lidiar con nuestros propios fantasmas, etiquetados como enfermedades mentales o simplemente entendidos como el sufrimiento o las peculiaridades que la vida conlleva.
Y es que, y centrándonos en los trastornos mentales graves/psicosis como la esquizofrenia o el trastorno bipolar, ¿sabíais que?:
- No existe una línea divisoria clara entre la locura y la cordura. Así, según numerosos estudios e investigaciones entre el 10 y el 25% de la población general ha tenido alguna experiencia alucinatoria y el 15% ha creído en algún momento de su vida ser perseguido por alguien que trataba de dañarle.
- En las psicosis se producen una profunda alteración del sentido de uno mismo e importantes dificultades para relacionarse con los demás y para enfrentar las dificultades de la vida diaria, y es desde esta premisa desde la que podemos trabajar y confiar en la recuperación, frente al dogma de que las psicosis son enfermedades cerebrales-genéticas ante las que poco o nada se puede hacer.
- Existen diferentes trastornos considerados como psicóticos (esquizofrenia, trastorno bipolar, trastorno esquizoafectivo, trastorno de ideas delirantes, etc…) en los que pueden aparecer percepciones y creencias inusuales que están relacionados con la vida de la persona (en palabras de una afectada: “sea lo que sea que uno se atreve a pensar cuando está enfermo, las alucinaciones y otros síntomas vienen de uno mismo, y se crean a partir de los intereses y la propia vida”).
- En las psicosis se produce un derrumbamiento del lenguaje que se reemplaza por otras cosas que vienen a ser los síntomas.
- Es importante interpretar el contenido de los síntomas y encontrar el sentido subyacente de los mismos, sustituyendo así las palabras por las imágenes y acciones perturbadoras, requiriéndose para ello un espacio y un tiempo prolongados.
- La pérdida de afectos (como estrategia protectora) o las dificultades en la expresión emocional no son lo mismo que la ausencia de afectos que en muchas ocasiones se atribuye a las personas con psicosis.
- Los afectos claves en las crisis psicóticas son la vergüenza, humillación, subordinación a otros, sensación de malignidad y de estar colapsado y atrapado.
- Los síntomas prodrómicos o de alarma nos pueden avisar de una recaída inminente o de la aparición de un primer cuadro psicótico, siendo los más característicos el temor, la ansiedad, la irritabilidad, los problemas de sueño, la depresión, el retraimiento social y los problemas de concentración.
- Psicosis y psicopatía son trastornos completamente diferentes que tienden a confundirse, estableciéndose una falsa asociación entre psicosis y violencia. En este sentido los medios de comunicación (o más bien de des-información) contribuyen activamente a potenciar el binomio enfermedades mentales graves-violencia.
- En las personas con un diagnóstico de psicosis existen tanto partes sanas como enfermas, persistiendo muchas capacidades incluso en momentos de crisis.
- En los tratamientos actuales de las psicosis todavía permanecen actitudes asimétricas, paternalistas, controladoras, altaneras y dogmáticas, que interfieren negativamente con las posibilidades reales de recuperación de los afectados.
- Según la propia Organización Mundial de la Salud un tercio de las personas diagnosticadas de esquizofrenia se recuperan completa o parcialmente.
- Existe una sólida evidencia que relaciona los abusos sexuales en la infancia y la presencia de alucinaciones en la esquizofrenia y el trastorno bipolar.
- Familias con un funcionamiento saludable contrarrestan la vulnerabilidad a padecer un trastorno mental grave. Concretamente, cuando en una familia existe una baja “emoción expresada” (bajos niveles de crítica, hostilidad y sobreimplicación) las recaídas tienden a disminuir.
- La vulnerabilidad y la carga genética puede superarse mediante entornos favorables.
- Los tratamientos psicofarmacológicos son solo una de las muchas herramientas en el tratamiento de las psicosis, sobreutilizados en muchas ocasiones y generadores de un importante gasto sanitario, mientras que los tratamientos psicosociales y los recursos comunitarios no están siendo dotados de las inversiones necesarias para lograr mayores índices de recuperación en estos trastornos.
- El trabajo o el poder realizar una actividad con significado, un sentido interno de coherencia, significado y alta autoestima, una red de apoyo social sólida donde prevalezca la calidez, la empatía, el respeto y la seguridad, son fundamentales para la recuperación.
- Las personas con psicosis que viven en países subdesarrollados evolucionan más favorablemente que aquellas que residen en países desarrollados, a pesar de que en estos países las inversiones en salud mental no superan el 2% de las inversiones totales en salud.
Podríamos seguir dando datos para terminar diciendo lo que hemos venido a decir: invertir en salud mental es invertir en educación para la salud y en la lucha contra el estigma, en la detección precoz de primeros episodios, en psicoterapia y en todos los tratamientos psicosociales que han mostrado sobradamente su eficacia, en recursos de tipo comunitario pues es solo en la comunidad donde se puede producir una auténtica recuperación, en tratamientos enfocados a la mejora de la salud física, en el apoyo a las familias, en formación y empleo y, en definitiva, en todo aquello que haga posible que personas afectadas temporal o crónicamente por trastornos de tipo psicótico encuentren esperanza, reestablezcan una visión de sí mismos positiva, construyan una vida con sentido y asuman el control y la responsabilidad de sus propias vivencias.
Para todos aquellos que queráis recibir las referencias bibliográficas de las que hemos extraído estos datos podéis solicitarlas en la siguiente dirección: blogsmtenerife@gmail.com.
Texto escrito por Esther Sanz Sánchez (Psicóloga Clínica del Área Externa de Salud Mental de Tenerife).