miércoles, 4 de enero de 2012

El suicidio: un pacto de silencio



Las cifras y la geografía
Según los estudios de la Organización Mundial de la Salud, el hecho de que cada año UN MILLÓN de personas se quiten la vida (3.000 al día, 1 cada 30 segundos), sitúa al suicidio entre las cinco primeras causas de mortalidad en el mundo. Junto a estas impactantes cifras encontramos que el número de personas que realizan intentos fallidos de acabar con su propia vida se multiplica por veinte y que alrededor de unos seis millones de personas sufren el impacto de haber perdido a alguien querido de esta incomprensible y dolorosa manera.

Parece ser, según estimaciones de la OMS, que en los últimos 50 años las tasas de suicidio se han incrementado en un 60%, corriendo paralelo dicho aumento al desarrollo de las urbes y la educación y centrándose el mayor incremento en el grupo de edad de menores de cuarenta años.

Concretamente, en Europa mueren 58.000 personas cada año por suicidio -7000 más que por accidente de tráfico y muchas más que por otras causas de plena actualidad  como los homicidios, las guerras o la violencia de género - y, en particular, el suicidio juvenil ocupa uno de los primeros lugares entre causas de defunción, llegando a ser la segunda causa de muerte entre varones de 15 a 34 años.

En lo relativo al género, el suicidio de los hombres sigue triplicando al de las mujeres, y así se viene produciendo de forma histórica; la única excepción a esta regla la encontramos en China, donde el suicidio femenino es  superior al masculino (500 mujeres se suicidan diariamente en este país), en relación a la opresión y discriminación a que está sometido este colectivo.

En España, la tasa de suicidio entre hombres jóvenes de 15 a 24 años se ha multiplicado por cuatro y el suicidio femenino se ha convertido en la principal causa de muerte para las mujeres de 30 a 34 años.  Y es que, al menos 20.000 personas se han quitado la vida en nuestro país en los últimos 6 años, siempre con cifras anuales por encima de los 3000 fallecimientos (quince años atrás, el número de suicidios fue de 2599, observándose un preocupante ascenso de las muertes autoinflingidas que debería estar acompañado de una intensa reflexión y de una puesta en marcha de medidas preventivas y asistenciales).

Por lo que respecta a los patrones que rigen este lamentable fenómeno, el número de suicidios aumenta en situaciones de crisis sociopolítica, cuando se vive una recesión económica y cuando el desempleo es elevado, (indudablemente deberíamos de estar muy alertas ante el enorme riesgo que, de hecho, nuestra actual situación económica y socio-política trae añadido en cuanto a la posibilidad de que el número de sucidios siga elevándose). También se ve incrementado entre personas que viven solas y desciende entre quienes practican la religión musulmana o católica. Del mismo modo y como tendencia general, los países de clima templado arrojan cifras más bajas que los de clima frío (con excepción de Cuba).

La tasa media de suicidios en el mundo es de 16 personas por cada 100.000 habitantes.
Las cifras más altas se dan en Europa del este y las más bajas en América Latina, los países musulmanes y en algunos países asiáticos. Los profesionales que más se suicidan son los médicos, duplicando la media de la población general, y dentro de este colectivo, los psiquiatras. En cuanto al suicidio infantil, entre 1979 y 1996 se suicidaron en estado Unidos 84 niños de entre 5 y 9 años y en España, en el año 2006, lo hicieron nueve niños de entre 10 y 14 años. 

Según la OMS (2008) la distribución del suicidio sería la siguiente (número de personas por cada 100.000 habitantes con una media de 16):
-Lituania: 40
-Rusia: 34
-Hungría: 26
-Japón: 24 (30.000 personas por  año)
-Finlandia: 20
-Cuba: 18
-Suiza: 18
-Francia: 17 (12000 personas al año, 1 cada 50 minutos)
-Suecia 13
-Alemania: 13
-Canadá: 11
-Estados Unidos: 11 (30.000 personas al año)
-España: 8 ( 9 personas al día y 3.300 al año)
-Italia: 7
-Reino Unido: 7
-Sudamérica 6,5
-Brasil: 4

La Reflexión
Ante esta demoledora avalancha de cifras la pregunta obvia que nos surge es la de por qué impera en nuestra sociedad una estrategia del silencio respecto a un problema de tamaña magnitud. Si la respuesta es que ocultando este fatídico fenómeno se pretende evitar una posible conducta imitativa, remito a los defensores de esta postura a las guías para los medios de comunicación de cómo gestionar esta tipo de información de la mejor manera posible ( no ofrecer información concreta sobre como llevar a cabo el suicidio, evitar el retrato sensacionalista de los hechos, no glorificar a la víctima ni subrayar solamente sus cualidades positivas, evitar la información excesiva sobre el suicidio y no insistir en cada caso concreto, etc...). 
Pero no nos escudemos en el cobarde, hipócrita y reaccionario lema de que es mejor callar y ocultar esta y otras realidades, porque si callamos somos cómplices  y porque la sociedad tiene el derecho de ser informada.

La censura, la desinformación y la falta de recursos ofrecidos a la población no están justificados, a menos que nuestro propósito no sea otro que infantilizar a una sociedad donde reina el tabú y el auténtico pavor a mirar hacia adentro. Y es que el suicidio lo cuestiona todo, desde la desatención que sufren los que sufren hasta todas las injusticias imaginables y los sinsentidos sobre los que hemos edificado nuestra forma de vivir.

Por ello, siempre será mejor educar  al ser humano en la vida emocional y liberarle de la dictadura del desconocimiento de sí mismo. Y reconocer la soledad, el abuso físico o sexual, la carencia afectiva, el rechazo familiar, la ruina económica, la marginación, la falta de autoestima, la culpabilidad y muchos otros malestares y reveses de la vida, como puntos de mira de un sistema que vuelve la cabeza ante los problemas de salud mental  y las desigualdades que forjan el escenario en el que el suicidio va ocupando cada día un mayor espacio. Por mucho que nos empeñemos en negarlo como si nos fuese la vida en ello.

*Información  sobre el Día Mundial para la prevención del suicidio (10 de Septiembre): http://www.who.int/mediacentre/events/annual/world_suicide_prevention_day/es/index.html

*Fuente del artículo: La Mirada del suicida. Juan Carlos Pérez Jiménez.

Texto escrito por Esther Sanz Sánchez (Psicóloga Clínica Área Externa Salud Mental).

10 comentarios:

Juana dijo...

Tal vez, y solo tal vez, la medicina y especialmente la psiquiatría, deberian cuestionarse si los "métodos científicos" son aplicables al comportamiento humano ....
El consumo de ansiolíticos y antidepresivos se ha disparado, dados los resultados ¿nadie se va a cuestionar todo esto? ....
No publicarlo y "correr un tupido velo" ¿de verdad sirve para algo? ....

Blog salud mental dijo...

Ante estos datos demoledores sorprende como la actuación para enfrentar este problema de tanta envergadura es anecdótica, casi abordada de forma colateral.
Llevamos ya décadas luchando denodadamente por la reducción de los accidentes y muertes en la carretera porque se suponía que era una situación a todas luces insostenible... campañas de publicidad millonarias, mejoras en la seguridad de los coches y de las vías de comunicación, millones de inversión en I+D para minimizar todo tipo de riesgos... De unos años a ahora el número de fallecidos en las carreteras ha bajado mientras que el de suicidios crece lentamente situandose segun datos del INE desde el 2008 como primera causa de muerte de causa externa. ¿Por qué no ha habido un desembolso similar para paliar/minimizar/prevenir este tipo de muertes?
Felicidades por el artículo Esther, muy oportuna la oportunidad para la reflexión.

César M.

pere dijo...

“Cuando una persona se suicida, es la sociedad la que comete suicidio a través de esa persona”

“Cuando el hombre sólo se tiene a sí mismo es cuando menos cuida de sí mismo”
(Emile Durkheim, pionero en el estudio del suicidio)

Abuela Lola dijo...

Triste forma de morir. La sociedad no es consciente de este drama pero si lo es para estigmatizar al enfermo mental diciendo de ellos que son violentos, estas cifras tendrían que ser conocidas por todos para que de esta manera conocieran de verdad la realidad pura y dura de estos enfermos.

Miguel dijo...

Necesario citar a Durkheim cuando se habla de suicidio.... Que por cierto halló -en la centro europa de aquel tiempo- que los que más se suicidaban eran los judíos.. posiblemente un sesgo. Y no hay ningún dato sobre nuestra ibérica península... posiblemente no pudo hallarlos.
El suicidio no se menta porque el efecto imitación es muy fuerte (pobre ficticio Werther la de muertes que trajó)
Pero el suicidio es siempre social, no esta en neurotranmisores (donde no hay nada)es un acto individual modulado por la sociedad. De hecho el primer estudio sociológico fue el del suicidio.
La manera de disminuir la tasa de suicidios, educando a la sociedad sobre ello. Hay un trabajo excelente hecho en Barcelona , ahora no recuerdo el nombre del grupo,.. creo que era en el barrio del eixample... el tema es que bajó la tasa de suicidios. La metodologia fue novedosa: hablar con la gente en comercios y tiendas....
Ante problemas como el suicidio, el abuso a niños, el maltrato la pregunta es ¿Que hacemos los psi tras las mesas de los despachos?...
Ya esta visto que arregla más una campaña educativa que echar serotonina en el agua.
Abrazos.

Anónimo dijo...

Felicitar ante todo la excelente revision, que ademas invita a la reflexion. Creo que es bueno indicar que el suicidio no es sinonimo de trastorno o enfermedad mental ni mucho menos. Tampoco creo que se debe hacer hincapie en una excesiva sociogenesis del mismo. Si revisamos la historia, cuando mas primitiva era la sociedad mas frecuente era el suicidio, como forma de reaccionar ante factores vitales, que se vivian como estresantes, humillantes...de hecho cuanto mayor es la capacidad de afrontamiento de un individuo, que suele ir asociado a su nivel formativo, aparte del caracterial menor es su respuesta con conductas suicidas. Por desgracia no existen registros estadisticos que puedan documentar lo que hablo, pero ¿ de verdad alguien piensa que los suicidios son ahora mayores que en la epoca romana, en la edad media, en la revolucion industrial...o simplemente en esta isla a principios del siglo XX? ¿ quien no tiene algun conocido que se arrojo a una charca ante algun acontecimiento vivencial anomalo?. Soy optimista, y aunque creo que se puede mejorar mas en el suicidio en relacion a los trastornos mentales, tal como todo el mundo ha expuesto anteriormente, no creo en absoluto que sea un tema tabu en salud mental, sino todo lo contrario. Siempre se evalua el riesgo suicida, y se intenta minimizar con los recursos que se dispone y que sean eficaces en cada momento. En cuanto a los suicidios no relacionados con trastornos mentales (vease el asunto france telecom...), creo que es otra historia.
Un saludo a todos los participantes y que los Reyes de Oriente nos traigan mayor salud mental

Anónimo dijo...

El suicidio se contempla en salud mental, porque se justifica como posible acto de una supuesta "enfermedad mental", Hay suicidios conscientes y no es cierta la relación entre suicidio y "nivel formativo". Los factores que actúan en el suicidio, son tan complejos como personales.
Las campañas sobre drogas, violencia, tráfico, etc..., mueven mucho dinero alrededor de esas muertes y de la falsa creación de una conciencia. Pensar que la construcción de vehículos más seguros es para proteger nuestras vidas, es como creer que las cámaras de video-vigilancia del metro están para nuestra seguridad, cuando es precisamente uno de los lugares donde más robos se producen. No podemos seguir creyendo en los discursos oficiales, pues eso nos impide despertar el sentido crítico y entender el por qué de los suicidios, del estigma, de la clasificación y cosificación de las personas... Hablamos de causas de suicidio, cuando apenas podemos explicar el por qué, después de todo, seguimos viviendo.
En cuanto al artículo, es una fenomenal pedrada contra esa monolítica losa del silencio, y evidencia que el suicidio recorre todas las etapas de la vida, condición social, lugares del mundo, sexos..., y pone de relieve esa paradoja de que quienes más se suicidan entre los médicos, son precisamente los psiquiatras.
El suicidio no sería tan terrible, si no fuese por los motivos que lo provocan. Quiero decir que hay suicidios conscientes y fundamentados, pero esos son una ínfima parte...
Anónimo Expósito

SENSATO dijo...

Estoy de acuerdo con el anonimo "optimista". Antes se ocultaban los suicidios e incluso se hablaba en voz baja casi inaudible cuando eso ocurria, casi como al nombrar la palabra cáncer. Hoy dia creo que todo esto ha cambiado. Tambien comparto lo expuesto aqui por varias personas de que el suicidio no depende de un neurotransmisor, seria muy simplista e ingenuo solo pensarlo, aunque si hay determinados suicidios muy directamente relacionados con una fase depresiva mayor endogena o una fase maniaca que si puede depender en mayor medida de déficit bioquímicos cerebrales, pero probablemente esos sean los más fáciles de prevenir con un tratamiento adecuado.
Compartir con casi todos los participantes que efectivamente hay que luchar contra la idea bastante extendida de que suicidio es igual a enfermedad mental-
Un saludo

Anonimo sensato

Anónimo dijo...

¿Es verdad que los psiquiatras son los que más se suicidan entre los médicos? Alguien que sepa de ello, me puede explicar si ¿hay causas conocidas relacionadas? Yo por desgracia he tenido contacto con varios de estos especialistas y no he conocido ningún caso.
Agradeceria un poco de luz al respecto, porque se supone que son los profesionales más preparados están para prevenir estos desgraciados actos.
Un saludo

Confundido dijo...

Yo no conozco ningún caso, pero como si se asegura aquí que el suicidio es un tema tabú entre los profesionales de salud mental,¿cómo se sabe que los psiquiatras son los que mas se suicidan? Si fuera un tabú creo que se ocultaria. O los datos son incorrectos o lo del tabú es una falaci.
Saludos

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