lunes, 4 de junio de 2012

El taller de haikus


Nos cuenta Janet, psicóloga y amiga que vuelve a saltar el muro de nuestras unidades para regalarnos su sabiduría y sensibilidad que...

un haiku es una forma japonesa de escribir poesía. Fue un estilo que se hizo popular en Japón en el siglo XVI. `Y prosigue:
" Imagina que un pajarito silvestre viene a tu mano abierta. Tu propio corazón no domado ha vuelto a ti. Sientes el cuerpecito de aire y su voluntad. Quizá tu mano recuerda al pajarito su nido. Puedes sentir su necesidad de volar y lo sueltas". Empiezas a construir un nido de palabras para acunar tu memoria del pájaro. Un nido para mantener viva tu experiencia. Las palabras evocan la mano ahuecada y entonces las palabras mismas se hacen la mano ahuecada que aguantó el pájaro. Esto es la esencia del Haiku. Nos enseña como construir un nido de palabras para proteger nuestra vivencia hasta que otro lector puede experimentarla a su manera como poesía.
HAIKU OCURREN: Haiku son muy breves, solo tres líneas y al mismo tiempo muy precisos. Haiku se trata de compartir momentos de nuestras vidas que nos han movido. Experiencias y percepciones que recibimos y ofrecemos como regalos. Un subidón momentáneo o un momento de tristeza pura. Nos invitan a vivir nuestras emociones de otra manera, a dejarlas tocarnos sin derrumbarnos. Escribir un haiku nos ayuda a  llegar a la esencia de lo que nos ha conmovido, y a separarnos un poco de ello. Buscando las palabras para lo que sientes y percibes te das cuenta de que las emociones son como los pájaros que vienen y se van y tú eres el árbol donde se posan. Sientes tus raíces en la tierra, sientes como los pájaros en tus ramas te hacen cosquillas, notas como las emociones vienen y se van con el viento y sabes que eres más grande que las cosas que te pasan. Buscar el haiku en una experiencia te hace más sensible y más fuerte a la vez.
Compartir un Haiku con otra gente es una manera de revelar algo de los rincones más tímidos dentro de ti. Compartir haiku es una manera de decir, “me cuesta decirte cómo siento, quizá si te cuento lo que pasó que me hizo sentir así tendrás emociones parecidas". Leer haiku de los demás es una manera sin riesgo de adentrarte un poco más en la vida de otra persona. Si lo haces con sensibilidad y curiosidad te das cuenta de que otras personas son movidas por los detalles pequeños de la vida también.
Haiku ocurren cuando estás en contacto con el mundo de tus sentidos y con tu respuesta emocional a él.
Comunicamos más si compartimos el acontecimiento que vino antes de nuestras emociones que cuando simplemente decimos “estoy triste” o “me siento uno con el universo.” Decir lo que sentimos a veces no va más allá, no da una pista de qué se trata, se queda en lo abstracto. Cuando decimos la causa de los sentimientos nos alivia a nosotros y abrimos una senda a los demás.
Por ser tan pequeños, haiku se prestan a compartir cosas pequeñas e íntimas. Reconociendo las cosas íntimas que nos tocan llegamos a conocernos y apreciarnos, así como al mundo que nos rodea. Cuando compartimos un haiku nuestro con otra persona estamos dejándoles entrar en nuestra vida de una manera muy personal.
El sentido de lo físico tiene que impregnar el haiku. Movimientos, sonidos de la naturaleza son fundamentales. Nota la estación, la hora del día, el tiempo, la brisa, los árboles, pájaros, perros, gatos, insectos. ¿Cómo se relaciona la gente de la cuidad con el mundo de la naturaleza que la cuidad todavía no ha borrado?
Un haiku tiene 3 líneas, pasa de la estructura gramática, es telegráfico, sensorial, emocional. Pinta una escena en miniatura.
No hay metáforas ni  filosofía ni adornos ni descripción de cómo se sentía el escritor. No, sólo te presenta los elementos fundamentales de la experiencia para que el lector pueda reconstruirlo a base de sus vivencias y llegar a una respuesta personal.

A continuación os dejamos los haikus que escribieron los participantes del taller del blog durante las dos sesiones que impartió Janet:

"Pies haciendo ruido
Palabras que se lleva el viento
Suelo gris" B.

"Luz radiante
Hojas volando hacia el horizonte
aire de libertad" B.

"Mucha gente
semáforo en colores
tráfico" A.B.G.

"Niños con pelotas,
personas hablan
parque vacío" A.B.G.

"Barrotes grises
Yo aquí
Ya llega" J.A.C.D.

"Agua fría
Boca seca
Ya se fue" J.A.C.D.

"Amanece con lluvia
No estaba solo
Todo acabó" J.A.C.D.

"El amor llama
El silencio brilla
Las estrellas y la luna" A.

"Un beso
Embriagado de dulce
Me enamoró" I.

"Un calor
la mente se rebota
no me gustó" I.

"Espejo que miente
Promete
No me deja entrar" U.

"La guagua a la casa de la bisabuela
tartas y dulces
dos sonrisas" P.

"Una sonrisa amplia
perfume de mi madre
una lámina fresca" En grupo.

"Niños gritando mamá
calor de mediodía
un abrazo" En grupo.


"Crepúsculo
De campo a árbol
Un cuervo" Extraído de un libro.


Introducción de Janet Eichenberger y Esther Sanz y haikus escritos pr los participantes del blog.
Fuente de la metáfora del nido: The Haiku Handbook, de William Higgenson.

3 comentarios:

Amaia Vispe dijo...

Amigos,
palabras cercanas,
una cervecita.

Besos

Amaia

pere dijo...

dos mil kilómetros
que cerca está
'saltando muros'

Blog salud mental dijo...

Pero qué buen rollo me han dado estos dos haikus!
Esther.

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