viernes, 13 de enero de 2012

Medicalizar la mente


Medicalizar la mente es, además del título del último libro que he leído (y que, a continuación os resumo), la principal propuesta de los actuales políticas sanitarias y servicios de salud mental para tratar el sufrimiento humano.
Así, al mismo tiempo que aumentan los cuadros diagnósticos y las personas diagnosticadas de trastornos mentales en el mundo, va creciendo de forma imparable el gasto farmacéutico, los beneficios de la industria y las inversiones en investigaciones de tipo biológico y genético.
La postura del autor de este libro y la de muchos otros psiquiatras y psicólogos clínicos, no consiste en  demonizar la psicofarmacología ni sus indudables beneficios cuando es utilizada de una manera racional, razonable y consensuada.
Más bien, y esta es mi apuesta personal basada en la experiencia de autores como Richard Bentall o Johan Cullberg y las aportaciones de los propios afectados, el cambio necesario para imprimir un giro al estado actual de nuestros servicios de salud mental, vendría de la mano de propuestas como las que expongo a continuación:  

1- La integración entre las distintas fuentes de conocimiento (biológicas, psicológicas y sociales), de cara a mejorar tanto los tratamientos como la comprensión de los trastornos mentales (frente al reduccionismo biologicista radical o cualquier otra clase de reduccionismo).
2- La priorización de los síntomas, dificultades y necesidades concretas del afectado como dianas de los tratamientos (frente a las etiquetas diagnósticas).
3- Los sistemas de salud mental  basados en el modelo de la recuperación (frente a las conceptualizaciones de cronicidad, irreversibilidad y  deterioro inevitable en los trastornos mentales graves).
4- La implantación de la alianza terapéutica como eje central del tratamiento, donde primen las relaciones horizontales, el respeto, la calidez y la empatía (frente a las actitudes coercitivas, paternalistas y  verticales).
5- Las intervenciones comunitarias y la priorización de los problemas sociales y laborales (frente a la exclusividad de tratamientos biológicos y psicológicos).
6- La autonomía, autoestima, autoeficacia, relaciones sociales y calidad de vida como indicadores de mejoría (frente a la pura eliminación del síntoma).

A continuación os dejo algunos extractos del libro Medicalizar la mente a modo de resumen e invitación a la reflexión y la crítica:  
  • Alrededor de 200 millones de personas de las que actualmente viven en el planeta tienen probabilidades de sufrir psicosis en algún momento de sus vidas.
  • El mercado global de la medicación antipsicótica mueve alrededor de 15.000 millones de dólares al año. Entre 1997 y 2004 el gasto en estos fármacos en EE.UU. se triplicó.
  • La mayoría de las personas que desean trabajar en psiquiatría son amables y comprensivas y desean lo mejor para sus pacientes. Sin embargo, parten de la premisa de que la psicosis es una enfermedad del cerebro, lo que les conduce a seguir un enfoque médico en el cual las terapias sociales y psicológicas son consideradas de menos importancia que el tratamiento farmacológico. El significado de los síntomas y el contexto de estos son a menudo rechazados o relegados a un segundo plano.
  • Si el paciente se opone al enfoque médico, se la tacha de poseer “falta de conciencia de enfermedad" (o falta de insight).
  • R. Warner: “Los pacientes con TMG se recuperan peor en épocas de recesión que en épocas de auge económico”.
  • Healy y Harris: “aunque los pacientes de la época moderna suelen tener estancias más cortas en el hospital, también son ingresados con más frecuencia que en el pasado". Cuando sumaron la ocupación de camas total encontraron que aquella era mayor en 1996 que en 1896.
  • Años 80: la OMS realiza el Estudio Piloto Internacional de Esquizofrenia (IPSS) para determinar en qué medida la esquizofrenia podía darse fuera de países industrializados. El hallazgo más importante fue que “a los pacientes de países en vías de desarrollo les había ido mucho mejor (+ recuperación) que a los pacientes del mundo industrializado”.
  • OMS: Estudio Determinants of outcome of Severe Mental Disorder.
    • 37% de pacientes en países en vías de desarrollo solo tenían un episodio psicótico (el 16% en países desarrollados).
    • 16% de pacientes en países en vías de desarrollo sufren discapacidad (el 42% en países desarrolados).
    • Pinchar en Más información para seguir leyendo
     UN POCO DE HISTORIA:
  • Henry Cotton (1907) utilizó la cirugía para eliminar fuentes de infección (dientes, amigdalas, ovarios, colon…) que creía causantes de los trastornos mentales graves.
  • Freeman y Egan Monitz promueven la  leucotemia prefrontal ("lobotomía"). Freeman (uno de los máximos representantes de esta técnica) reconocía que “un cuarto de sus pacientes terminaban con la capacidad intelectual de un animal doméstico (invalidez doméstica)”.
  • 1927 Manfred Satrel utilizó el  coma insulínico como mñetodo terapéutico para la esquizofrenia.
  • Terapia Electroconvulsiva (TEC): Ladislau Joseph, Von Meduna, Ugo Cerleti.
  • MEDICAMENTOS:
  • Laborit 1949 (cirujano francés, escritor y actor en Mi tío en América, donde se interpreta a si mismo) descubre de forma casual el primer antipsicótico: clorpromacina, al que le atribuyó un efecto de quietud eufórica.
  • John Cade, director médico del Hospital mental de Bundoora descubre el carbonato de litio, también de forma casual (inyectando orina “infectada” de esquizofrénicos a cobayas, pues consideraba esta enfermedad  como una patología de tipo infeccioso).
  • Aunque han aparecido algunas pruebas que subrayan el papel de la dopamina en la psicosis, el apoyo directo para la hipótesis de la dopamina ha seguido siendo difícil de conseguir hasta el día de hoy.
  • La revolución neo-kraepeliana:
    • Kraepelin (1856-1926) aseguraba que la demencia precoz era el resultado de un proceso mórbido tangible del cerebro.
    • Los "Neo-kraepelianos" forman un grupo de psiquiatras con R.Spitzer al frente y la creación de un nuevo enfoque para el diagnóstico psiquiátrico descrito en el DSM III (1980).
    • Fundamentos (G. Klerman, 1978):
      1. Hay una línea divisoria entre los normales y los enfermos.
      2. Hay enfermedades mentales específicas. No hay una sino muchas enfermedades mentales.
      3. Los médicos psiquiatras deberían centrarse en los aspectos biológicos de la enfermedad mental.
  • Los conceptos diagnósticos utilizados hoy en día para describir a pacientes psiquiátricos, fueron inventados, no descubiertos. Algunos apuntes al respecto:
      1. Kraepelin distingue demencia precoz de depresión maníaca.
      2. Bleuler (1911) objeta que la enfermedad ni era precoz ni era demencia. Acuña como nombre alternativo: esquizofrenia: desconexión de las funciones mentales que da lugar a trastornos de la emoción y la cognición. Las alucinaciones y delirios eran síntomas secundarios.
      3. Kurt Schneider sugiere los síntomas de primer rango para identificar el trastorno (voces discutiendo, delirios de pasividad, etc...).
  • Fiabilidad: distintos clínicos independientes coinciden en el mismo diagnóstico. Sin embargo, en los 70, numerosos estudios encuentran que los psiquiatras de EE.UU. y Rusia tenían el doble de probabilidad de diagnosticar esquizofrenia a sus pacientes que sus colegas de Gran Bretaña y otros países de Europa.
  • En un estudio más reciente de más de 700 pacientes británicos diagnosticados utilizando criterios diferentes (CDI, DSM-III-R y CIE-10) el número de afectados de esquizofrenia variaba entre 268 y 387 y el de trastorno bipolar entre 6 y 66.
  • Modelo alternativo al neo-Kraepeliano.
      1. No existe una frontera clara entre la esquizofrenia y el trastorno bipolar, pudiendo existir una neurobiología común para ambos trastornos.
      2. Los diagnósticos psiquiátricos no distinguen enfermedades diferentes, no siendo posible dividir a las personas con síntomas psiquiátricos graves en grupos diferenciados.
      3. Relación terapéutica como eje central de la clínica.
      4. No especificidad de los síntomas schnederianos.
      5. Paradigma apego desorganizado- trauma- disociación
  • Estudio de demarcación epidemiológica ECA (18.000 personas): “Todos los síntomas psiquiátricos, incluidos los de la psicosis, son muy comunes; parece que solo una proporción de aquellos que cumplen los criterios para cualquier diagnóstico llegan a ser atendidos por los servicios psiquiátricos”.
  • Análisis factorial de síntomas (según Kraepelin se habría de encontrar un solo factor). Sin embargo:
  • Moore encontró 8 (*alucinaciones y delirios, *dos de depresión, *dos de manía, *conducta desinhibida, *comportamiento catatónico, *disfunción cognitiva).
  • Liddle encontró tres grupos de síntomas:
  • positivos
  • negativos
  • síntomas de desorganización cognitiva
   haciendo así alusión  a tres tipos relativamente independientes de anormalidad, puede que con causas diferentes.
  • En el único experimento publicado en el cual se administró de modo aleatorio a pacientes psicóticos medicación antipsicótica, litio, ambos o ninguno, NO fue el diagnóstico lo que predijo la respuesta al tratamiento sino que lo fueron los síntomas.
  • Personas que muestran rasgos psicóticos sin estar discapacitadas son a menudo creativas y a veces alcanzan altos niveles de éxito en las ciencias y el arte.
  • Los síntomas positivos y negativos, y la manía y la depresión, aparecen conjuntamente mucho menos en la población general que en los que reciben tratamiento. Puede que estemos magnificando la relación entre estos síntomas.
  • Solo se diagnostica esquizofrenia en la edad adulta a cerca del 6% de hijos de pacientes con esquizofrenia y la cifra equivalente para hijos de padres con diagnóstico de trastorno bipolar es del 10%.
  • Según los estudios más recientes en genética, la tasa de concordancia de pares en gemelos monocigóticos es del 22,4% y en gemelos dicigóicos del 4,5. Se mantiene un factor genético pero de pequeña magnitud; si una persona padece esquizofrenia, la probabilidad de que un hermano o una hermana genéticamente idéntico tenga el trastorno es menor de una entre cuatro.
  • El índice de psicosis en adultos que han sufrido abusos sexuales en la infancia es 15 veces mayor al esperado. Se han asociado psicosis y niveles de trauma súbito muy altos como incidentes violentas y agresiones sexuales.
  • Teoría de la retraumatización: una persona que ha sido traumatizada en la infancia se vuelve psicótica después de un trauma posterior en la vida adulta.
  • Asociación:
  • trauma y alucinaciones auditivas
  • victimización y delirios paranoides.
  • Las experiencias de discriminación, humillación y no pertenencia hacen aumentar la vulnerabilidad a la psicosis y en concreto a las ideas paranoides.
  • Las dinámicas familiares pueden contribuir levemente al desarrollo de la psicosis de tres maneras:
  1. Emoción expresada: en el curso de la enfermedad mediante la exposición a familiares críticos, hostiles, muy emocionales o sobreprotectores. El mecanismo mediante el cual estas actitudes dañan es el descenso de la autoestima.
  2. Comunicación desviada: discurso vago, fragmentado y lleno de contradicciones (relación con trastornos del pensamiento).
  3. Apego inseguro: relación entre apego inseguro e ideas paranoides, ya que las personas con apego inseguro son propensas a tener grandes dificultades para confiar en los demás. Por ej. los niños con padres con psicosis son especialmente propensos a volverse psicóticos si son criados en instituciones o si tienen relaciones muy insatisfactorias con sus padres.
En SÍNTESIS podemos establecer una posible conexión entre:
  • Apego inseguro y victimización:     ideas paranoides
  • Trauma súbito:     alucinaciones auditivas
  • Comunicación desviada:  trastornos pensamiento
  • El uso de cannabis sumado a una determinada predisposición genética (alelos val-val) está asociado a un riesgo a padecer psicosis.
  • El error fundamental de la psiquiatría, además de las fantasías eugenésicas (colaboración activa de psiquiatras alemanes en el asesinato de unos 70.000 pacientes) ha sido el olvido de las necesidades psicológicas y sociales de sus pacientes.
  • Esto sigue vigente en forma de servicios centrados en dar medicamentos.
  • El cerebro de personas que han sufrido abuso sexual en la infancia, comparado con el resto, muestra un volumen menor del hipocampo y del cuerpo calloso, una alteración de la simetría de los lóbulos frontales y una densidad neuronal menor en el cingulado anterior, regiones todas ellas relacionadas con la esquizofrenia en un momento u otro.
  • Un tratamiento prolongado con antipsicóticos provoca que en el cerebro se multipliquen los receptores D2 .
  • Las pruebas más recientes provenientes de estudios con PET sugieren que el sistema de la dopamina del mesencéfalo es anormal solo durante una crisis psicótica y no antes o después.
  • El trastorno emocional en la esquizofrenia parece más importante cuando no existe deterioro cognitivo.
  • La correlación entre capacidad cognitiva y síntomas positivos es cero. En cambio,  muchos estudios han mostrado que los síntomas positivos están estrechamente relacionados con depresión y ansiedad.
  • Por cada paciente que recibe tratamiento hay alrededor de 10 personas psicóticas que no han buscado ayuda psiquiátrica.
  • No es que haya falta de pruebas biológicas, sino que estas se han interpretado erróneamente. Se necesita un nuevo enfoque radical que aúne las pruebas sobre causas sociales, psicológicas y biológicas de las psicosis.
  • Existen poderosas fuerzas económicas que se han asegurado de que se fomenten los remedios médicos para el sufrimiento humano incluso si, en vista de las pruebas, dichos remedios no funcionan.
  • La industria farmacéutica es la que más beneficios obtiene en el mundo. En 2002 los beneficios conjuntos de las 10 empresas farmacéuticas incluidas en la Fortune500 (500 corporaciones estadounidenses con mayores ingresos brutos) habían crecido hasta superar los beneficios de las 490 empresas restantes puestas a la vez.
  • El 11% de los ingresos de la industria farmacéutica se gasta en investigación, mientras que el 36% en marketing.
  • Cuando se realiza un seguimiento a largo plazo del TEC, los índices de recaída superan al 80%.
  • Primeros síntomas prodromicos o de alarma frente a una posible recaída: alteraciones subjetivas del pensamiento y el lenguaje, sensaciones corporales extrañas, capacidad deficiente para afrontar el estrés, alteraciones emocionales y problemas para relacionarse con los demás.
  • Más de la mitad de las personas identificadas como pacientes de alto riesgo, no desarrollarán psicosis.
  • No existe ninguna duda del beneficio a corto plazo de los antipsicóticos pra muchos pacientes.
  • Sin embargo, 1/3 de las personas que padecen psicosis NO responderán a los antipsicóticos.
  • Las dosis bajas de antipsicóticos son tan efectivas como las altas.
  • Un problema a largo plazo de loas AP es la sedación y la confusión mental asociadas con una profunda pérdida de motivación. La explicación fisiológica se debe a que las vías de la dopamina bloqueadas desempeñan un importante papel respecto al deseo de obtener algo y por lo tanto, al esfuerzo por conseguir una recompensa. Por desgracia, estos efectos a menudo se confunden con síntomas negativos de la propia enfermedad.
  • La suspensión de un tratamiento con antipsicóticos prolongado conduce a una recaída, no porque la enfermedad original no esté ya contenida, sino porque el tratamiento farmacológico ha hecho que el cerebro sea hipersensible al estrés.
  • No hay pruebas concluyentes de que los AP de 2ª generación traigan consigo una mejora de la calidad de vida frente a los clásicos.
  • En estudios de tratamiento psicológicos, la calidez, la amabilidad y la infusión de esperanza son ingredientes esenciales sin los cuales no puede esperarse que ocurra nada.
  • Se necesita un enfoque más compasivo que ponga a la relación terapéutica como eje central de la práctica clínica.
  • Resulta muy limitante definir la recuperación solo en función de los síntomas. Más bien se habría de hacer más hincapié en aspectos como:
    • mejora de la calidad de vida
    • sentirse capacitado para reconstruir relaciones y carreras profesionales.
    • aumento de la autoestima y de la esperanza
    • sentir que uno puede decidir.
  • Los ensayos controlados sobre los TAIs (tratamiento ambulatorio involuntario) han revelado un impacto insignificante o nulo en los ingresos hospitalarios, el nº de días pasados en el hospital, el cumplimiento de la medicación o en el contacto con los servicios ambulatorios.
  • En términos estadísticos, el riesgo de que nos mate una persona con psicosis es de 1 entre 10 millones, el mismo de que nos mate un rayo.
  • Retrasar la introducción del tratamiento farmacológico no es perjudicial.
  • Las terapias psicológicas son, por el momento, como mucho solo modestamente efectivas cuando se utilizan para tratar los síntomas de la psicosis.
  • El empleo produce una mejora en los síntomas y en la calidad de vida. 
Texto escrito por Esther Sanz (Psicóloga Clínica Área Externa Salud Mental Tenerife)

9 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Perdón?...con que medicaba Mosher, o Laing. Solo con la alianza tearpeutica. ¿La alianza terapeutica, no es fundamentalmente "terapia" psicológica?,luego entonces, ¿como afirmas en el penultimo punto que las terapias psicológicas solo son como mucho modestamente efectivas en el tratamiento de los sintomas de la psicosis?. Este punto contradice todo lo anteriormente dicho.

Blog salud mental dijo...

Hola "anónimo". La frase del penúltimo punto está tanscrita tal cual del libro que menciono y es una de las conclusiones que Richard Bentall apunta sobre los tratamientos psicológicos para la psicosis. Bajo mi punto de vista es plenamente compatible apostar por la alianza terapéutica, los tratamientos comunitarios, el trabajo del síntoma sobre la base de las necesidades del afectado, etc... y reconocer que todavía no contamos con herramientas plenamente eficaces para el tratamiento de las psicosis. En cuanto a Mosher o Laing, además de no descartar el uso puntual de fármacos (al menos en Soteria), no creo que defendieran la alianza terapéutica como el tratamiento definitivo, único y total frente a la psicosis. Ojalá y contásemos con algo así para combatir todo el dolor de tantas personas.
En definitiva en este post transcribo ideas de Bentall e introduzco el texto con algunas conclusiones propias, pero siendo consciente de todo lo que me queda por aprender y de la subjetividad y relatividad de mi discurso.
Un saludo.
Esther.

Anónimo dijo...

Pues me quedo igual, la verdad.
Lo voy a explicar yo, si le parece. La aliaza terapeutica es una condición necesaria para cualquier procedimiento que pretenda ser efectivo, incluido la adhesión al tratamiento farmacológico. Y eso es parte fundamental de la terapia psicológica, y también de la médica.
Luego decir que las terapias psicológicas solo son como mucho modestamente efectivas en el tratamiento de los sintomas de la psicosis es un disparate colosal. Dufundirlo lleva a que algunos se fortifiquen aún mas en sus posiciones, y denota que se diga lo que se diga, hay una seria falta de comprensión de con que se está tratando aunque desde luego esta es una opinión totalmente relativa.
La terapia psicológica (en su mas amplio sentido) es lo único realmente efectivo, porque sin eso no hay mas que ¿drogas?.
Por tanto, o no se ha entendido a Bentall, o Bentall dice un disparate, o se le ha traducido mal, o el que lee no entiende el problema.
Me pareció importante puntualizar porque esto es la base, también, de todo el tinglado de la psiquiatria mas conservadora. Lo que justifica lo de "yo no estoy aquí sino para tratar su enfermedad, no me hable de sus problemas", aún tan al uso.
Chau.

Paula dijo...

Esther, gracias por el resumen, así me ahorro leer el libro. Me decepciona un poco en relación a Modelos de locura, parece que no aporta demasiado. Modelos de locura habla prácticamente de lo mismo, quizá éste que resumes recoge el estado de las investigaciones entre ambas publicaciones, lo que daría la medida del poco avance de estas desde el 2004, fecha de publicación de Modelos... No deben ser muy abundantes, ni cuantitativa ni cualitativemente, las investigaciones con enfoques no subvencionados por la industria.

SENSATO dijo...

Creo que sería conveniente reflexionar si un resumen bibliográfico como este es lo más adecuado para un blog, en principio orientado a los pacientes y su participación y a la divulgación de conocimientos relacionados con la Salud Mental. Opino que este tipo de aportes no llega ni a los pacientes ni a las familias.
Respecto al libro en concreto, desearía realizar una breve introducción sobre el autor del libro: Richard P Bental, cuya actividad clínica se ha ceñido a un breve trabajo como psicólogo clínico forense en el Servicio Nacional de Salud Británico, desarrollando prácticamente toda su carrera en el ámbito universitario (actualmente en la Universidad de Bangor, en Gales). Aunque ha centrado su trabajo en la psicosis (delirios y alucinaciones), lo ha compaginado con el estudio de las diferencias entre animales y humanos, pedagogía, en el síndrome de la fatiga crónica, y también otros postulados un tanto más excéntricos como el intento de clasificar la felicidad como un trastorno psiquiátrico (1992) o argumentar algunas experiencias esquizotípicas como normales (¿por qué sería?). Diversos autores que han revisado su obra (R. Sugarman, P. Brooks…) encuentran que se alía con el ya caduco movimiento antipsiquiátrico británico llegando a argumentar que no hay distinción clara entre las personas diagnosticadas con enfermedades mentales y el "bien" (“la locura explicada”).
En su último libro, doctoring the mind, cuya traducción más exacta creo que podría ser psiquiatrizando la mente (en el sentido del abordaje biomédico, no tanto de la medicación en si) refleja una vez más su postura ideológica y escasos conocimientos clínicos reales.
Cualquier médico especialista psiquiatra, especialmente los que más trabajan en trastornos psicóticos, tienen muy claro sobre que síntomas actúan los medicamentos, y aquellos sobre los que es más importante la intervención psicoterapéutica. Es el ABC del tratamiento de las psicosis. A modo de ejemplo, no es lo mismo abordar una intensa actividad alucinatoria en un episodio esquizofrénico que el sistema delirante de una paranoia clásica.
De verdad, a modo de opinión personal, creo que si se quiere hacer un aporte “científico” al blog, que como ya señalé al principio, no creo que ilustre mucho a los destinatarios del blog (al contrario puede llevarles a cierta confusión), se haga de forma un tanto más rigurosa y menos ideologizada.
Salvo por este tipo de “aportes” felicitar el excelente trabajo realizado por el blog y todos los que colaboran en su elaboración.
Un saludo.

Blog salud mental dijo...

Hola SENSATO. En primer lugar he de reiterar que no entiendo el por qué de tanto anonimato en los comentarios a este blog.
En cuanto a este texto, es tan solo un resumen de un libro, el último que se ha leído la persona que trabaja en esta página(y no me olvido de los participantes del taller del blog, las personas ingresados en las unidades del área externa de salud mental de Tenerife que cada martes y cada jueves escriben sus textos, a mano para ser exactos y algunos sin ni siquiera una mesa para apoyarse, pues (todo sea dicho) no contamos con ninguna infraestructura ni apoyos de ninguna clase para este proyecto más allá de un ordenador algo estropeado y la colaboración al menos en lo emocional de unas pocas personas.
Insisto en que no estoy haciendo una defensa ciega ni del libro ni del autor (es más, cuanto más escucho, veo y leo, más dudas me surgen sobre muchos temas). Simplemente he dejado unas líneas que pueden invitar a la reflexión, a la lectura del libro, a la crítica (como la suya) o a lo que cada cual desee.
Así mismo, no coincido en su táctica de desacreditación del autor, ya que las conclusiones de R. Bentall son las de numerosos autores e investigaciones que no destacan por su excentricidad exactamente, y tampoco en su sugerencia de no dar determinadas informaciones al público general para "no confundirles".
Un saludo.
Esther.

Blog salud mental dijo...

De nada, ETIQUETADA, estoy de acuerdo contigo en que este libro no aporta mucho más que el de Modelos de Locura. Diría que más bien es un resumen del anterior con un enfoque más divulgativo.
Saludos.
Esther.

Anónimo dijo...

Los comentarios me parecen incluso tan interesantes como el resumen del libro.
Diría que hablar de integración, sin especificar a qué y para qué, también podría ser un reduccionismo... Adaptar para integrar a las personas a una "sociedad enferma", no puede ser nada saludable.
Aunque aprecio la profundidad de sus comentarios, no comparto la duda de SENSATO sobre lo que puede ser "conveniente" o no para un blog orientado a "pacientes". Se me ocurre que quizás alguien pueda considerar por los demás qué es lo que más les conviene, o si los aportes llegan o se quedan cortos, como si las "pacientes" tuviésemos todas un mismo sesgo, puede que incluso en algún imaginario, rayando la estupidez y la incapacidad de comprensión.
Personalmente, lo que es más ilustrativo es la afirmación de que "cualquier médico especialista psiquiatra...", tiene algo claro, en especial "sobre qué síntomas actúan los medicamentos..." Si no fuese tan grave, hasta sería cómico y nada científico. En cuanto a las intervenciones psicoterapéuticas, estaría bien saber en qué galaxia o planeta se realizan..., a no ser que hablemos de clases sociales o se considere como psicoterapéutica la TEC o cualquier otra "terapia" de "estimulación" craneal superficial o profunda.
La pretensión de existencia de alguna intervención científica desideologizada, no es más que el resultado de alguna curiosa fantasía.
Por lo demás, la contextualización del trabajo de Richard P Bental, impecable e interesante, aunque tampoco necesito probar la hiel de perro, para predecir que no me va a gustar, pero casi seguro que esa negación es otro síntoma de mi hipotética "enfermedad".Y aunque también pueda identificarme con la indignación del penúltimo punto, las terapias afectivas suelen ser mucho más efectivas que las psicológicas, aunque también es cierto que bastante más difícil de encontrar.
Querida Esther, es tan fácil entender lo del anonimato como el principio de confidencialidad. Lo más incomprensible es darle tantas vueltas. Somos apasionadas de este juego de máscaras y pasamontañas que evocan la sofocante humedad de una lejana selva lacandona. Somos anónimas, melancólicas, nostálgicas; somos aullido de sentimiento.
Anónimo Expósito

Blog salud mental dijo...

Anónimo (o anónima) Expósito, todo un placer abrir el correo por la mañana y encontrarme con este comentario.
Lo de integrar, al menos cuando lo menciono yo, hace referencia a unir los conocimientos de diferentes modelos para ampliar nuestra visión de los trastornos mentales y mejorar nuestras intervenciones (si es que hay que intervenir, que no siempre ha de ser así, especialmente cuando alguien no desea "ser intervenido"- tema este para reflexionar profunda y detenidamente, ya sé-).
"SENSATOS" hay muchos por todas partes. El prototipo (que no ha de coincidir plenamente con nuestro sensato anónimo) son profesionales que deciden por el paciente, que consideran ideología todo lo que se salga de la verdad (la suya, evidentemente) y que todo siempre lo hacen por el paciente (aunque muy a menudo, sin él).
En cuanto al anonimato, como otras muchas cosas en la vida, me da que puede obedecer a muy diferentes motivaciones. Y veo poco ´aullido de sentimiento´ en un amplio porcentaje de anónimos de saltando muros.
Por último comentar lo curioso que me resulta que haya personas que entren a este blog para decirme de qué ha de tratar este blog. Les animaria (desde el respeto, por supuesto) a que ellos mismos realizasen un blog, sin dudar de la calidad resultante. Da mucho trabajo pero es sumamente gratificante.
Un saludo.
Esther.

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